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¿Sabías que el cuerpo humano está lleno de vestigios evolutivos que ya no tienen un propósito?

Éstas son llamadas estructuras vestigiales, algún tiempo atrás tuvieron un propósito específico y son fascinantes.

El cuerpo humano ha pasado por cambios desde hace miles de años que comenzó a evolucionar. Con el paso del tiempo hemos dejado de utilizar órganos y partes del cuerpo porque ya no son necesarios. Algunos de ellos desaparecen por completo aunque muchos otros siguen en nuestro organismo como recordatorio del proceso evolutivo que hemos sufrido.




Pon tu mano en una superficie plana y toca tu dedo meñique con el pulgar. ¿Ves una línea abultada en tu muñeca? Ahí hay un músculo vestigial llamado ‘palmaris longus’. En el pasado nos ayudaba para movernos entre los árboles. Alrededor del 14% de las personas ya no tienen este músculo.

Revisa tu oreja. ¿Ves este pequeño bulto puntiagudo? Este es llamado tubérculo de Darwin. Ayudaba a mover las orejas para escuchar mejor. Ahora tenemos cuellos mucho más flexibles es por eso que no lo necesitamos más.




Aquí está uno más obvio: el coxis. Este es el vestigio de una cola que alguna vez nuestros ancestros tuvieron. Esta cola era utilizada para mantener el balance y el movimiento entre los árboles. Todavía desarrollamos colas cuando somos embriones pero después de unas semanas esta cola desaparece y únicamente nos queda el coxis.

¿Alguna vez te has preguntado que es la pequeña cosa rosada que se encuentra dentro de tu ojo? Esta se llama plica semilunaris. Solía ser un tercer párpado que se cerraba de manera horizontal. Puedes ver este movimiento en acción dentro de los ojos de otros animales actualmente.




¿Sabes por qué algunas veces se te pone la ‘piel de gallina’ cuando tienes frío o estás asustado? Es un reflejo vestigial que hacía crecer nuestro bello corporal para hacernos parecer más grandes o tener una capa extra de calor para el cuerpo. Algunas personas son capaces de hacerlo a propósito.

Otro reflejo es el de agarrar con las manos cuando eres bebé. Si colocas tu dedo en la palma de la mano de un bebé, este tratará de agarrarlo. Bebés primates ancestrales hacían esto para agarrarse de sus padres para ser transportados.

¿Conocías todos estos vestigios que se encuentran presentes en tu cuerpo?