El metal asociado con el asteroide que terminó con el Cretácico, puede actuar como bomba furtiva en las células cancerígenas.
Iridium, un metal asociado con el asteroide que terminó la era Cretácea, puede actuar como una bomba furtiva, entrando en el núcleo de una célula cancerosa. Cuando se golpea con un estallido de luz, hace que las moléculas de oxígeno cercanas se vuelvan reactivas, matando a la célula. Aún está por verse si esto puede convertirse en un mecanismo viable para combatir el cáncer en seres vivos, pero es difícil cuestionarlo, sería la mejor terapia contra el cáncer.
Ciertas moléculas, cuando se exponen a la luz, producen agentes oxidantes. Estos son mucho más dañinos para las células cancerosas de división rápida que para las células sanas. Si las moléculas correctas pueden alcanzar los núcleos de las células cancerosas, que luego se iluminan con fibras ópticas, debería ser posible destruir los tumores sin dañar las células sanas cercanas. El profesor Peter Sadler, de la Universidad de Warwick, ha demostrado en la Edición Internacional Angewandte Chemie que un complejo de iridio desempeña particularmente bien el papel de la producción de oxidantes.
“Es fascinante cómo la albúmina puede entregar nuestro fotosensibilizador tan específicamente al núcleo”, dijo la coautora Dra. Cinzia Imberti en un comunicado.
Cuando se combina con albúmina, el complejo de iridio de Sadler tiene dos ventajas sobre los fotosensibilizadores anteriores; Se dirige al núcleo celular, en lugar de a las partes menos esenciales de la célula, y es muy luminiscente. El segundo rasgo significa que los científicos no solo tienen que asumir el éxito basado en un rastro de células cancerosas destruidas, sino que pueden observar en tiempo real cómo las moléculas hacen su trabajo.
Los fotosensibilizadores de iridio aún no se han probado en animales, y mucho menos en humanos, pero el potencial es claro.
Además de su papel en el trabajo de detective paleontológico, el iridio se usa principalmente hoy en día por su excepcional capacidad anticorrosiva a altas temperaturas. Su concentración extremadamente baja en la corteza terrestre significa que solo se extraen alrededor de 3 toneladas métricas cada año, en comparación con las 3.000 toneladas de oro. Presumiblemente, las cantidades requeridas para el trabajo médico serán pequeñas, pero si alguna vez encontramos que el suministro es insuficiente, siempre hay asteroides.
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