La fotógrafa que realizó las sesiones también tiene vitiligo y busca derribar los estereotipos de belleza comunes.
Elisabeth Van Aalderen tenía muchas cosas para ella. Después de obtener su diploma de la Escuela de Artes de Utrecht, se postuló en el departamento de fotografía de la Fotovakschool en Amsterdam. Desde entonces, ha trabajado en la industria de la moda como estilista y directora de arte, pero finalmente renunció a su trabajo para perseguir sus sueños de convertirse en fotógrafa. Sin embargo, hace unos 8 años, cuando tenía 25 años, surgió algo que trató de frenar a Elisabeth. Vitiligo Una condición en la que la falta de melanina conduce al desarrollo de manchas blancas en la piel.
“Comencé a tener pequeñas manchas blancas en mi mano izquierda”, dijo Elisabeth. “Después de algunas semanas, las pequeñas manchas se convirtieron en un punto más grande. Fue entonces cuando todo comenzó. Hoy, el 60% de mi piel está cubierta de vitiligo”.
La mayoría de las personas que viven con esta afección tienen estos parches en múltiples áreas de sus cuerpos y son comúnmente discriminadas.
Sin embargo Elisabeth quiere detener la discriminación hacia esta afección y demostrar que puede ser una cualidad realmente bella.
“Cuando me diagnosticaron, comencé la terapia de la piel: cremas, terapia de aligeramiento, una dieta sin gluten, una dieta vegetariana, sin sol, mucho sol, yoga. Lo que sea, lo probé todo”, dijo Elisabeth. “Nada funcionó. Finalmente, detuve estos tratamientos porque no quería que mi vida fuera así. No pude cambiar el hecho de que tengo vitiligo, así que comencé a aceptarlo”.
La fotógrafa cree que tiene vitiligo por una razón y explica que ha sido su mayor y más difícil viaje de autoaceptación.
Actualmente, retrata a personas con el mismo padecimiento y busca realzar la belleza de lo particular así como crear una cultura de inclusión y aceptación hacia las personas que padecen esta rara condición.
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