La mujer dijo que para ella el amor no conoce de etnias, colores o religiones.
En un mundo lleno de tristezas e injusticias, se necesitan de buenas noticias tan a menudo como sea posible a fin de no olvidar que la bondad aún existe. Desafortunadamente, una gran parte de lo malo que nos rodea es el racismo y la intolerancia.
Afortunadamente, historias como la de Treka Engleman, nos hacen creer que el mundo es un lugar no del todo malo.
Treka siempre supo que estaba destinada a ser madre de niños adoptivos, no buscaba traer a mas pequeños al mundo sino ayudar a aquellos que por una u otra razón terminaron sin figuras maternas y paternas.
Treka pensaba que su experiencia como cuidadora en una guardería la había preparado lo suficientemente bien como para saber cómo cuidar de los niños. Pero poco se imaginaba que su vida iba a cambiar tanto y su conocimiento era tan poco cuando tres hermosos niños llegaron a su vida.
Nunca pensó que debía enfrentarse a la crianza de un niño porque era soltera y no tenía hijos propios. Sin embargo, investigó un poco y descubrió que, de hecho, podía convertirse en madre adoptiva, siempre y cuando tuviera más de 21 años. Entonces, después de pensarlo, planificarlo y considerar cada aspecto por fin decidió que quería ser madre.
Para ella, el proceso resultó ser una experiencia dura y demorada.
En agosto de 2016, llamó al orfanato St. Joseph porque necesitaba pasar por una serie de clases antes de que el proceso continuara. Según ella, era una montaña rusa emocional. Algunas cosas fueron fáciles y otras muy difíciles de asimilar, principalmente después de escuchar por lo que pasaron algunos de los niños en cuidado. Pero eso sólo la motivo aún más y ella quería llevarse a tantos pequeños como le fuera posible.
A medida que sus clases se acercaban al final, tuvo que pensar en el género, la etnia y la edad de los niños que formarían parte de su nueva familia, pero eso no era un problema para ella. ‘’El amor es amor, no importa el color’’, dijo. Con respecto a las edades, pensó que de 4-5 sería bueno y después de que finalmente le aprobaran adoptar hasta 4 niños, decidió que era hora de finalizar el proceso.
En St. Joseph le dijeron que podría recibir una llamada en cualquier momento para informarle de un niño que necesitaba un hogar. Después de eso le enviarían su información y sus estudios a casa, y luego podrían estar juntos. No hace falta decir que esperó ansiosamente ese momento. El día que recibió la llamada el orfanato le dijo que tenían a un niño de 5 días de nacido que necesitaba un hogar, ella inmediatamente acepto cuidarlo. El 8 de diciembre, Elijah Lee Hill llegó a su casa y se convirtió en su primer hijo.
Al año siguiente, el 10 de mayo de 2017, Treka recibió otra llamada de adopción, la solicitud era para dos hermanas y aunque parecía un paquete grande, ella dijo que sí. Mas tarde ese día llamaron a su puerta y llegó una de las niñas, cuyo nombre era Alexis Bowman. Treka descubrió que su hermana Mercedes, se había metido en problemas y había tenido que ir a una casa grupal. Así que Treka y Alexis decidieron visitarla los fines de semana para poder pasar más tiempo juntas.
Treka y su nueva familia necesitaban un hogar más grande, por lo que comenzaron a buscar un apartamento de tres habitaciones, lo que era una muy buena idea, porque Alexis echaba de menos a su hermana y Mercedes estaba lista para abandonar el grupo. La trabajadora social de Treka estaba feliz de ayudar a las hermanas a reunirse de nuevo y fue el 16 de marzo de 2018 que Mercedes finalmente llegó a casa.
Como resultado Treka de 30 años y sus 3 hijos de 1 a 15 años comenzaron a vivir juntos.
Pero la aventura no termina allí. Luego de convertirse en una madre adoptiva exitosa ella y sus pequeños pasaron por algunos obstáculos.
Ella jamás se fijó en el color de piel, ya que lo único que veía era a un trio de niños que necesitaban amor y una familia que cuidara de ellos. Sus parientes jamás los rechazaron. ‘’Mi familia no ve el color, solo niños que necesitaban de alguien’’, dijo ella.
Treka afirma que hay una gran cantidad de personas que la paran en publico y le preguntan ‘’oh ¿estás cuidando a estos niños? Su respuesta siempre ha sido un orgulloso: ‘’No, ¡son mis hijos!’’ Para ella, no son niños adoptivos, sino simplemente sus hijos y siempre será así sin importar las circunstancias.
Es oficial.
Luego de un tiempo, Treka le pregunto a los niños, si les gustaría ser adoptados a lo que ellos respondieron que sí, sin pensarlo dos veces. Su asistente social también estaba feliz de que esto sucediera porque realmente pensaba que Treka y sus hijos eran una famila perfecta y llena de amor.
Durante el proceso de adopción se tuvieron que revisar muchos papeles. Se le pregunto a los niños si era realmente lo que querían, si querían realmente cambiar sus apellidos o mantenerlos. Treka se estresó durante el proceso y comenzó a preguntarse si realmente era ella suficiente para ellos, si podía darles todo lo que necesitaban, y su respuesta a pesar de todo siempre fue sí.
Treka además no estaba sola en todo esto, ella tenía el apoyo de su familia, pero lo más importante para ella era la forma en la que los rostros de los niños se iluminaron cuando se dieron cuenta de que podían ser adoptados.
Un hogar feliz.
Treka cree que ayudar a estos pequeños a encontrar un hogar es uno de los mejores sentimientos del mundo.
Su mensaje para las personas que dijeron cosas negativas sobre ella por ser afroamericana y adoptar a tres niños blancos fue este: ‘’Estoy haciendo lo que la mayoría no puede hacer. Estos chicos están en un gran hogar y tienen una madre amorosa. El amor no tiene color para mí y son amados incondicionalmente. Me han dicho cosas toda mi vida, y eso nunca me ha impedido hacer lo que me propongo y lo que debo hacer. ¡Tengo un propósito y planeo cumplirlo! Si estás considerando adoptar, te aconsejo que lo hagas, si está en tu corazón hacerlo. El solo hecho de saber que has ayudado a un niño o niña a encontrar un hogar y una razón para ser feliz es uno de los mejores sentimientos del mundo. No importa si eres soltero, divorciado, casado, negro o blando, ¡puedes cambiar la vida de alguien más!’’.
Sin duda Treka nos dió una hermosa lección sobre el amor al prójimo y nos dejó con el corazón lleno de felicidad.