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Francia aprueba ley que prohíbe a las firmas de moda destruir los productos no vendidos

El gobierno francés busca reducir el impacto ambiental e incentivar la economía circular.

El pasado 10 de febrero, Francia aprobó una ley contra el despilfarro y a favor de la economía circular la cual incluye medidas como la prohibición a las firmas de moda de destruir los productos no vendidos, la obligación de que las lavadoras incorporen un filtro para reducir los microplásticos, entre otros. La ley determina un proyecto para disminuir los desechos y reducir la sobreproducción.

Asimismo, incluye una normativa que se enfoca en evitar las campañas de desinformación de las empresas prohibiendo que usen a partir de 2022 términos como “biodegradable” y “respetuoso con el medio ambiente”.



La nueva ley está conformada por 130 artículos que abarcan distintos aspectos de la reducción de residuos y un programa gradual de eliminación de plásticos de un solo uso para 2040. Además, la ley incluye varios pasos para mejorar la información al consumidor, por ejemplo una nueva calificación que recibirán los artículos electrónicos donde se indicará su durabilidad, la posibilidad de repararlos y cuál será el precio de los repuestos.

“Muchas compañías piensan que se puede tirar o destruir la ropa o los zapatos que no han vendido. Esto no podrá hacerse ya“, comentó la secretaria de Estado del Ministerio de Transición Ecológica, Brune Poirson.

Después de que en los últimos años varias firmas de la industria de la moda recibieran críticas por destruir productos en buenas condiciones se ha despertado gran interés para evitar este tipo de prácticas. En julio de 2018, Burberry declaró en su informe anual que había desechado ropa y accesorios por valor de 34 millones de euros, por su parte, H&M vendió toneladas de prendas que retiraba de las tiendas a plantas que las quemaba para producir energía.



El gobierno francés calcula que el país destruye o desecha productos por un valor de 630 millones de euros, de los cuales, 180 millones en productos de higiene y belleza, 49 millones en textiles y zapatos, 40 millones de juguetes y 10 millones en electrodomésticos al año. El objetivo de la nueva ley es reducir en cinco años el 15% de la basura que produce cada ciudadano y el 5% de la actividad empresarial.

Además, la ley exigirá que las lavadoras incorporen en los próximos cinco años filtros para reducir los microplásticos, siendo esta, la primera ley en el mundo en este sentido.

De acuerdo con la organización Plastic Soup Foundation, el 35% de los plásticos primarios que contaminan el océano son microplásticos desprendidos cuando se lavan prendas fabricadas con materiales sintéticos como el poliéster o el acrílico.



La idea principal de esta ley es que ‘quien contamina, paga’, aplicando una serie de normas para que las compañías sean obligadas a financiar la destrucción de los desechos que produzcan en vez de cargar la responsabilidad al consumidor. Por su parte, las tabacaleras tendrán que contribuir a la gestión de la limpieza de colillas, las cuales se ha demostrado que son una causa grave de contaminación.

Francia ha dado un gran paso hacia adelante para un futuro más ecológico en el cual, el despilfarro y destrucción de productos en buen estado sean castigados. Ojalá más países repliquen y mejoren las acciones tomadas por Francia y así podamos reducir el impacto ambiental.