La ciudad luce irreconocible y mucho mejor.
El coronavirus COVID-19 está afectando a todo el mundo, varios países han cerrado sus fronteras y decenas más se han puesto en cuarentena. Un efecto notorio de estos países que se han aislado es la disminución de contaminación, especialmente en sitios con un alta concentración de personas locales y turistas.
El cielo de China se mostró como hace muchos años no se veía: azul, libre de smog, y todo gracias a la reducción de vehículos, tránsito de ciudadanos y disminución de producción de fábricas.
Por su parte, Venecia, una de la ciudades más turísticas del mundo, está teniendo impactos positivos como efecto secundario de la cuarentena en la que está Italia. Debido a la disminución de turistas, el tráfico peatonal y de botes ha sido casi nulo durante los últimos días.
Este cambio tan radical ha hecho que los residentes italianos notaran un cambio en la calidad del agua de la ciudad. “Ya no es turbia, el agua del canal de la ciudad ahora es mucho más clara, e incluso puedes ver pequeños peces nadando“, señalaron.
Los residentes han compartido una serie de fotos en el grupo de Facebook Venezia Pulita, donde muestran la diferencia entre el agua limpia actual y a la que están acostumbrados.
De acuerdo con el alcalde de Venecia, “el agua ahora se ve más clara porque hay menos tráfico en los canales, lo que permite que el sedimento permanezca en el fondo. Es porque hay menos tráfico de botes que generalmente lleva sedimento a la parte superior de la superficie del agua”.
El nuevo virus ha hecho que nos demos cuenta de que pasaría en el mundo si la humanidad detuviera sus actividades cotidianas, lo cual sería un alivio para el planeta. Tomemos conciencia sobre nuestras acciones y en estos momentos, sobre todo, tomemos las medidas de prevención necesarias para evitar que la pandemia siga extendiéndose.