El maltrato terminó gracias al COVID-19, una noticia buena dentro de todo lo malo.
Estos nobles animales llevan cargando personas día y noche por más de 40 años sin descanso. Al parecer hacía falta una pandemia mundial para que sus dueños terminaran con el trabajo forzoso y los dejaran en paz.
El coronavirus ha causado muchos problemas en el mundo entero. Desabastecimiento, pánico generalizado, países enteros en cuarentena y mucha desinformación son sólo parte de la consecuencia de los cientos de miles de contagiados y miles de muertos que tienen al mundo en vela.
Pero a pesar de todo lo terrible que la pandemia trajo consigo, aún hay noticias buenas sucediendo en todas partes del planeta en donde el COVID-19 ha sido el protagonista de consecuencias positivas. Desde los limpios canales de Venecia hasta los 120 toros que se salvaron de ser asesinados en las ahora suspendidas corridas en España, parece que el paso del coronavirus no será del todo negativo y la siguiente historia lo comprueba.
78 elefantes fueron liberados recientemente después de que sus dueños desecharan las pesadas sillas de madera que estaban atadas a sus espaldas para transportar turistas.
Los animales del campamento de elefantes Maesa en Chiang Mai, en el norte de Tailandia, han estado dando paseos a los turitas durante 44 años, pero el coronavirus COVID-19 ha diezmado el turismo.
Sin el fin de la pandemia y a la vista de la prohibición de negocios turísticos, los propietarios de estos elefantes han decidido desechar los enormes vagones de madera y metal que están ataos a las espaldas de los elefantes durante todo el día.
La directora del campamento, Anchalee Kalampichit, dijo que esta era la primera vez en 44 años que los elefantes no habían usado los asientos al comienzo del día: ‘’La compañía ahora cambiará su negocio para permitir que los elefantes deambulen libremente por los jardines y operen con un lugar para que los visitantes observen a los animales, y los 78 jumbos nunca tendrán que volver a usarlos, dijo a Yahoo.com
‘’Desde que ingresamos al negocio en 1976, montar en elefantes siempre ha sido la actividad favorita de los turistas pero debido a que el coronavirus se ha extendido, ha habido menos turistas y, finalmente el gobierno nos ordenó cerrar, así que retiramos las sillas para liberar a los elefantes’’, agregó.
‘’No estamos planeando volver a colocar los soportes de los asientos en los elefantes, incluso si podemos operar nuevamente. Queremos cambiar el estilo del lugar y encontrar formas más naturales para que el público pueda disfrutar de los elefantes. Daremos la bienvenida a los turistas para que disfruten aprendiendo sobre las formas de vida de los elefantes de forma natural en lugar de usarlos para entretener a los turistas’’, concluyó.
Anchalee agregó que el cierre forzado por el gobierno del campamento de elefantes, junto con otros 28 tipos de negocios no esenciales orientados a turismo, significan que los propietarios tendrán que cuidar a los animales sin ningún ingreso de los clientes. ‘’El costo de cuidad a 78 elefantes y 300 empleados es muy alto y por ahora tenemos que asumir ese gasto sin ingresos de turistas’’.
El paso del coronavirus por el mundo ha causado muchos problemas, pero parece seguro asumir que estos elefantes recordarán la pandemia con una sonrisa en sus rostros, pues les otorgó su preciada libertad.