‘’Dios tocó mi corazón y quería ayudar’’, dijo el policía militar, sorprendido.
El cabo de la policía militar Wagner Alves de Carvalho, de 46 años, marcó la diferencia en el día de una abuelita que vive en Itapuranga, en el noroeste de Goiás. En el camino para cambiar de turno, notó que una mujer pasaba con un paño en la cara. para tratar de evitar la contaminación por coronavirus y se sensibilizó.
“Cuando vi esa escena, pensé: ‘No es posible’. Le pedí a mi colega que se detuviera, me froté las manos con gel de alcohol y le ayudé a ponerse la máscara en la cara. Luego, le ofrecí uno más que tenía reservado para que ella lo tomara ”, dijo.
“Dios tocó mi corazón en ese momento, me conmovió. Incluso se parecía a mi abuela, que también tenía todo el pelo blanco “, recordó.
Repercusión
Las fotos tomadas por el colega terminaron en las redes sociales de la corporación y se han ganado muchos cumplidos y felicitaciones a Carvalho. Sorprendido, dijo que incluso está avergonzado con tanta atención.
“Cuando me dijeron por primera vez que querían hacer una entrevista conmigo, pensé que estaban bromeando. Entonces vino el teniente. Me llamó diciendo que la gente quería hablar conmigo. No sabía que iba a resonar de esa manera ”, dijo.
El policía pudo actuar de cualquier forma, castigando a la señora por salir sin protección o dándole una multa, sin embargo actuó de la manera más humana posible.