La pareja ha adoptado a más de 150 hijos durante 40 años para brindarles amor y protección.
Cada hogar es diferente y vive situaciones particulares durante la cuarentena impuesta en estos tiempos de pandemia de COVID-19. Las familias enfrentan desafíos, algunas más que otras, cuando de repente se ven obligadas a pasar semanas bajo un mismo techo sin salir.
Un caso singular es el hogar de Melba Jiménez y Víctor Guzmán, una pareja costarricense, que motivados por su enorme y solidario corazón, adoptaron a 31 hijos con quienes viven en una misma casa y se encargan de darles cobijo en medio de esta crisis sanitaria.
“Se trata de la vida o la muerte. Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos “, dijo Jiménez, un trabajador de diseño de moda retirado. “Tenemos que hacerlo por amor y por responsabilidad”.
El grupo de hijos adoptivos tienen edades comprendidas entre los 3 y los 25 años. Son parte de la gran familia que Melba y Víctor han formado en las últimas cuatro décadas, pues han acogido a más de 150 niños.
Todo comenzó cuando un equipo de médicos salvó a uno de sus seis hijos biológicos de un tumor cerebral . Al crecer, sus propios hijos se marcharon de casa y ellos empezaron a ayudar a pequeños que necesitan de un hogar y padres tan bondadosos como ellos.
Gracias a la donación de una persona anónima, la pareja y sus hijos adoptivos tienen una enorme casa en la capital San José donde hay espacio para todos.
Jiménez, de 68 años, y Guzmán de 74 años, actualmente viven de pensiones. Sin embargo, muchas personas conocen su historia y su gran acto de caridad, por lo que son apoyados con comida y ropa.
“Es una experiencia que creo que es hermosa. Es agradable y difícil ”, dijo Jiménez. “No podemos decir que todo es fácil. Tenemos que buscar cosas interesantes para ellos, cambiar las cosas, para que no se estresen”.
Las tareas diarias para los niños incluyen tareas domésticas como barrer y cocinar, y ayudar a los más pequeños con la tarea. Los hermanos mayores se encargan de ir a hacer las compras, con las precauciones necesarias durante la pandemia.
“Sé que es aburrido pasar tiempo en casa. Pero hay que encontrar formas de entretenerse, salir de las redes sociales, pasar más tiempo con la gente, algo que ya casi no hacemos”, comentó Maritza Martínez, una de las hijas adoptivas.
La cuarentena presenta la oportunidad de disfrutar el tiempo en familia. Melba y Víctor le han cambiado la vida a docenas de niños y jóvenes, gracias a ello se han ganado el respeto y admiración de miles de personas.