Este nuevo material se descompone en tan solo 90 días.
Desde hace tiempo, las cáscara de los alimentos han demostrado ser eficientes en la producción de materiales biodegradables. Estos productos se convierten en una opción mucho más amigable para reemplazar los plásticos convencionales.
Giselle Mendoza es una estudiante de México que ganó un concurso nacional por producir bioplástico a partir de cáscaras de naranja.
“En el Océano Pacífico, hay una gran acumulación de residuos plásticos, del tamaño de Francia. Las predicciones apuntan a que para el 2050 habrá más residuos plásticos en el mar que peces. He vinculado esto con una gran oportunidad, especialmente para nuestro país, el quinto productor de naranjas del mundo”, comentó Giselle Mendoza, estudiante del ITESM.
Ahora, Giselle ha hecho acuerdos con productores para asegurar conseguir los residuos de las naranjas a un precio bajo por tonelada, incluso prácticamente gratis.
La estudiante optó por utilizar las naranjas por su gran contenido de celulosa, que incluso se puede extraer para hacer telas. Su bioplástico puede sustituir a los envases PET y así reducir la contaminación por desechos plásticos.
Gracias a personas como Giselle, que inventan soluciones increíbles para los problemas cotidianos, el mundo puede ser un lugar mejor.