Un aliado inesperado en la medicina acaba de surgir a la superficie.
El colágeno y la biosílice de esponjas marinas se están utilizando para desarrollar una membrana para la reparación de quemaduras y úlceras cutáneas y una estructura para injertos óseos.
Las soluciones están siendo desarrolladas por un grupo de científicos coordinado por Ana Claudia Renno y Renata Neves Granito, vinculados al Laboratorio de Biomateriales e Ingeniería de Tejidos (Labetec) de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación. del Estado de São Paulo (Fapesp).
Los productos se encuentran en varias etapas de pruebas preclínicas. Se extrajo colágeno de la especie Aplysina fulva y la biosílice bioactiva se obtuvo de la especie Tedania ignis. El equipo realizó entrevistas con cirujanos plásticos y dermatólogos para plantear los posibles problemas que presentan los productos que ya están en el mercado.
El colágeno ya es un material muy utilizado para estos fines, pero en la mayoría de los casos se utiliza materia prima de tejido de buey o cerdo y los productos que se originan son muy caros. Todavía no existe en el mercado un producto de este tipo a base de colágeno marino.
Los científicos extrajeron el colágeno de la esponja marina, prospectaron para identificar el bioactivo y realizaron una serie de pruebas biológicas para demostrar la biocompatibilidad del colágeno marino y su capacidad para acelerar el proceso de reparación de tejidos.
Las esponjas fueron recolectadas en Praia Grande de São Sebastião, gracias a una cooperación entre Labetec y el Centro de Biología Marina de la Universidad de São Paulo (CEBImar-USP).