Ninguno de los dos tenía idea que vivían en el mismo país a menos de 100 km de distancia.
Recientemente se dio a conocer una hermosa noticia del reencuentro de Ruth Brandspiegel e Israel “Sasha” Eisenberg, dos amigos que se conocieron durante la segunda guerra mundial.
La amistad de ellos se traslada a más de 70 años atrás ya que sus familias eran originarias de la misma ciudad en Polonia y por escapar de los Nazis, sus familias cruzaron hacia la Unión Soviética dónde fueron enviados a distintos campos de trabajo en Siberia que es el lugar donde Israel/Sasha nació. Un tiempo después coincidieron en un campo de desplazados en Austria y fue justamente en este sitio donde forjaron su amistad y dónde se vieron por última vez en 1949 perdiendo la pista de dónde se encontraban después.
A pesar de todo el tiempo transcurrido, Ruth reconoció el nombre de su gran amigo durante un servicio de la sinagoga de su hijo que se realizaba de manera virtual por la pandemia del coronavirus en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Aunque Ruth no estaba segura si realmente se trataba de su amigo, ella le pidió a su hijo que averiguara y tras contactar a la familia Eisenberg, Larry (el hijo de Ruth) le confirmó a su mamá que efectivamente se trataba de su gran amigo.
Ruth comentó que se trató de una coincidencia, ya que ella únicamente reconoció el nombre de su amigo, porque la esposa de Israel/Sasha quiso hacer un lindo gesto felicitando a su esposo por su aniversario #53 durante la ceremonia virtual.
Cuando Israel/Sasha se enteró del acontecimiento, relató al diario The Times of Israel sobre su gran sorpresa: “Han pasado 70 años y yo era un niño… así que lo considero un milagro porque no veo otra manera de cómo los humanos pudieran organizar un evento así y hacer que todo salga bien”.
Y es que ninguno de los dos amigos tenían idea de que después de tantos años, ellos vivían a tan sólo 96 kilómetros de distancia. Afortunadamente después de 71 años de desconocer su paradero, el 3 de octubre del 2020 los amigos se reencontraron en persona durante una hermosa y emotiva reunión en casa de Ruth donde recordaron entre lágrimas momentos de su niñez.