A pesar de los años, los dos siempre guardaron la esperanza de que algún día se iban a reencontrar.
Antônio Carlos da Silva es un joven originario de Brasil que cuando tenía 6 años se extravió de su casa, ya que estaba huyendo del maltrato de su padre. Y aunque todos pensaron que el pequeño regresaría después de unas horas, lamentablemente Antônio tomó un autobús, se quedó dormido y despertó en una ciudad desconocida.
Ante la desaparición de Antônio, Jeane da Silva empezó a buscar a su hijo de todas las formas posibles pero desafortunadamente todos sus esfuerzos fueron en vano, porque cuando el pequeño llegó a la localidad de Caerá empezó a vivir en la calle y ninguna autoridad hizo un reporte de haber hallado a un niño.
Un tiempo después hasta que un tiempo después Antônio fue rescatado y llevado a un albergue de niños abandonados. A pesar de que él sabía que tenía una familia, el pequeño no podía recordar dónde vivía, ni el nombre de su mamá, ni un número de teléfono para facilitar la búsqueda de su hogar, que se complicaba aún más porque la tecnología no había avanzado lo suficiente para tener bases de datos para interconectar una desaparición.
Durante los años que estuvo en el albergue, Antônio tuvo acceso a la escuela y también conoció a otros niños que habían pasado por situaciones similares a la de él.
Después de varios años, Antônio empezó a trabajar como chófer de buses y un día decidió buscar a su mamá a través de una publicación en el periódico con dos fotografías suyas, una en 1996 y otra del 2020. En la primera fotografía, Antônio tenía aproximadamente 8 años y en la segunda como se ve ahora.
Además, escribió un comunicado que decía lo siguiente:
Estoy buscando a mi mamá.
Mi nombre es Antônio Carlos da Silva.
El nombre de mi padre es Jeane o Geane da Silva. El nombre de mi hermano es Diego. El nombre de mi tío es Nino, es artesano.
Nací más o menos en 1988 en la ciudad de Juazeiro do Norte o en las ciudades cercanas a Juazeiro.
Me perdí cuando tenía seis años, pues tomé un autobús que me llevó a la ciudad de Fortaleza, donde vivo hoy.
¡Estaré eternamente agradecido con cualquiera que pueda ayudarme a encontrar a mi familia biológica!
Tras realizar la nota en el periódico, no pasó mucho tiempo para que justamente su tío Nino lo viera y se lo comunicara a su hermana Jeane, quien no podía creer que después de 27 años estaría tan cerca de reencontrarse con su hijo.
De inmediato, la familia de Antônio se trasladó a Caerá y cuando mamá e hijo se volvieron a ver, se abrazaron y pasaron por un momento mágico que habían anhelado por tantos años y que finalmente se hacía realidad en el 2020.