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Hija celebró su graduación junto a su mamá cocinera quien le pagó su educación

Cuando se graduó, no dudó en celebrar su título de economista con su persona favorita.

Esther Amarachi Igbo es una joven nigeriana que cuando terminó sus estudios de economía en la Universidad Estatal de Abia al sur de Nigeria, fue de inmediato a celebrarlo con su mamá para mostrarle su agradecimiento por todo su esfuerzo y dedicación con el que logró pagarle sus estudios.




Y es que la mamá de Esther ha trabajando arduamente durante muchos años en un puesto de comida de la calle, que se especializa en un plato típico nigeriano llamado ‘Abacha’; y con las ganancias ahorraba para poder cubrir las necesidades de su familia, entre esas una que ella consideró muy importante: la educación de su hija.

De esta manera, con mucha determinación la mamá de Esther animó a su hija para que estudie a pesar de sus dificultades económicas y así pueda convertirse en una gran profesional y mejorar su calidad de vida. Gracias al impulso de su mamá y a las ganas de querer salir adelante, Esther se inscribió en la universidad y finalmente se graduó enorgulleciendo a su mamá.




En una entrevista con Fides Media, la joven comentó que su mamá estuvo con ella durante todos los años de estudios universitarios “desde el principio, hasta el final” por lo que cuando recibió su diploma de graduación, no había nadie más con quién deseaba poder celebrar su logro académico. 

En la entrevista mencionó: “Mi mami hizo que todo esto fuera posible. Ella es una mujer fuerte y espero que esté orgullosa de mí para siempre”. Además, la joven comentó que su aspiración es emprender, como lo hizo su mamá con su pequeño puesto de comida, y poder hacer proyectos a mayor escala que le permitan dirigir sus propios negocios y por supuesto ayudar a su mamá económicamente como una forma de recompensa por todo su esfuerzo.



 

Adicionalmente, la nigeriana comentó que espera poder abrir un gran restaurante para su mamá que se especialice en comida tradicional, como el plato de Abacha, en honor al puesto de comida, con la que su mamá la sacó adelante durante todos esos años.