Por 82 años nunca dejaron de buscarse.
Esta increíble historia se remonta a los inicios de la Segunda Guerra Mundial cuando dos niñas judías de 9 años tuvieron que separarse y despedirse en el patio de la escuela alemana en la que asistían y aunque prometieron mantenerse en contacto, esto no sucedió hasta varias décadas después.
Una de las mejores amigas es Ana María Wahrenberg quien en 1938 vivió la noche de los cristales rotos en la que se llevaron a su papá a un campo de concentración y aunque logró salir después de 29 días, la familia vivía constantes peligros por lo que decidieron huir de Alemania rumbo a Chile pasando por Lisboa, Ciudad de Panamá y finalmente llegaron a la ciudad de Santiago de Chile donde se establecieron en 1939.
Por otra parte, Betty Grebenschikoff, la mejor amiga de la infancia de Ana María, también recuerda la noche de los cristales rotos en la que sus papás, su hermana y ella, tuvieron que esconderse en su departamento guardando absoluto silencio para no ser descubiertos. Después de un tiempo, Betty y su familia lograron huir a través de uno de los puertos de la ciudad de Shanghai en China y se dirigieron hacia Estados Unidos.
Desde su triste despedida en mayo de 1939 las dos amigas no supieron absolutamente nada de la otra y aunque por fortuna lograron salvarse, llegaron a creer que no habían logrado sobrevivir al genocidio. Sin embargo, esto cambió gracias a la aguda memoria de una mujer llamada Ita Gordon quien se dedica a indexar testimonios de los sobrevivientes del holocausto en diferentes partes del mundo.
Rachel Cerrotti, productora creativa de la organización sin fines de lucro USC Shoah Foundation comentó en una entrevista con el medio The Times of Israel que en el testimonio de Betty “dijo que había estado buscando activamente a su amiga perdida de toda su vida; incluso menciona específicamente el nombre de Ana María con la esperanza de que esto la ayude a encontrar a su mejor amiga de la infancia”.
De esta manera, cuando Ita Gordon escuchó a Ana María hablar en un evento virtual de la Kristallnacht, recordó su nombre por el testimonio de Betty, que había sido grabado hace ¡24 años atrás! y lo más impresionante, es que la organización USC Shoah Foundation cuenta con más de 55.000 testimonios en video de sobrevivientes y testigos de genocidio, por lo que gracias a la increíble memoria de Ita, las mejores amigas pudieron reencontrarse.
Finalmente, después de 82 años Ana María y Betty se conectaron virtualmente a través de una reunión por zoom a sus 91 años de edad y desde entonces hablan todos los domingos durante 1 hora a través de WhatsApp y Zoom. En una entrevista con The Times of Israel, Ana María mencionó al respecto “Nunca tendremos tiempo suficiente para ponernos al día. Nuestras conversaciones son maravillosas, aún tenemos muchos intereses en común y por supuesto muchos, muchos recuerdos que aún compartimos”. Mientras que Betty mencionó lo siguiente: “Nunca la olvidé y siempre hablé sobre ella en mis discursos, testimonios y documentales. Es un milagro y un mitzvah para nosotras. Esperamos poder reunirnos en persona en el otoño del 2021”.