Su familia no sabe cómo encontró la tumba de su papá humano, pero desde que lo descubrió, camina 7 km ida y vuelta para visitarlo.
El protagonista de esta increíble historia de amor y lealtad es un perrito llamado Fulmine quien era la adoración de su papá humano, Leonardo Sechi, con quién convivió durante 7 años en el campo de Italia rodeados por la naturaleza, disfrutando de su mutua compañía y de interminables abrazos y mimos.
En una entrevista con el medio The Dodo, Sarah Sechi, hija de Leonardo mencionó que ellos eran inseparables, que su amor era muy especial y que “se habían convertido en almas gemelas”. Y aunque tuvieron la dicha de compartir durante todos esos años, lamentablemente esto cambió cuando Leonardo enfermó y falleció en febrero del 2021.
La grave enfermedad de Leonardo lo llevó a pasar sus últimas semanas en el hospital, por lo que su perrito no tenía idea de dónde se encontraba su mejor amigo durante todo ese tiempo. Y aunque la hija de Leonardo y sus demás familiares cuidaban a Fulmine y trataban de consolarlo con mucho amor, no había nada que calmara al pequeño quien extrañaba enormemente a su mejor amigo.
En la entrevista con The Dodo, Sarah mencionó al respecto: “Cada vez que se acercaba un automóvil, Fulmine corría hacia la puerta para ver si era mi padre”. Y agregó que todo el tiempo lo buscaba, incluso cuando ya Leonardo había fallecido. Justamente, un día después del funeral del Italiano, Sarah se llevó una enorme sorpresa al llegar al cementerio junto a su hijo para dejar flores frescas para Leonardo y se encontraron a Fulmine.
Tanto Sarah como su hijo, no podían creer lo que estaban observando, ya que Fulmine había recorrido cerca de 3.5 kilómetros por su cuenta desde su casa en el campo hasta la tumba de su mejor amigo, a quien no había visto por varias semanas, pero que de alguna manera comprende que es ahí donde se encuentra ahora.
En la entrevista, Sarah mencionó: “no me esperaba encontrarlo ahí. Él no había estado en el funeral. No tengo idea de cómo llegó hasta ahí”. Y agregó: “Me gusta pensar que está guiado por el amor que siente por mi padre. O que mi padre lo llevó allí. Es una de esas cosas extrañas, sin una explicación real”.
Desde entonces, Fulmine visita a su mejor amigo todos los días y varios vecinos de Sarah le han mencionado cuando ven al perrito caminando desde o hacia el cementerio, demostrando su amor y lealtad incondicional hacia su mejor amigo. Finalmente, Sarah mencionó que “Es triste verlo sufrir pero poco a poco superaremos este difícil momento juntos”.