Ahora es el gato más feliz junto a su mamá humana.
El protagonista de esta historia es un gatito de 6 años llamado Mister Bruce Willis quien fue considerado como el gato más triste por su aspecto que ponía en evidencia los años de sufrimiento que pasó cuando deambulaba por las calles, enfrentándose a diversos peligros y carencias por las cuales desarrolló graves problemas de salud.
Y es que lamentablemente cuando Mister Willis fue llevado a un refugio de animales, los veterinarios informaron que tenía varias cicatrices, una lesión en el ojo, algunos dientes rotos y tenía el virus de la inmunodeficiencia felina y debido a sus problemas de salud, también contrajo otras infecciones en el refugio.
Aunque el personal del refugio hacía todo lo posible para cuidarlo y que pueda ser adoptado e incluso lo describían como un gatito muy dulce y cariñoso, lamentablemente nadie lo quería por la fragilidad de su salud. Por fortuna, el destino de Mister Willis cambió cuando una mujer llamada Sandra vió una publicación sobre él en la cuenta de Instagram de Animal Humane Society de Minnesota por el Día Internacional del Gato y al ver la imagen del gatito con la mirada triste sintió como su corazón se hacía pequeñito.
En una entrevista con Bored Panda, Sandra comentó sobre el momento en que vió la fotografía “Había algo en sus ojos que me hablaba. Se veía tan triste. Sabía que no podía hacer nada al respecto, ya que mi contrato de arrendamiento no permitía mascotas y tampoco estaba planeando tener un gato. Aún así, tuve que ir a visitarlo. Se veía aún más triste en la vida real y tuve que irme después de solo un par de minutos porque fue muy desgarrador”.
Sin embargo, Sandra mencionó que había algo que hacía que regresará al refugio para verlo: “Seguí volviendo a visitarlo. Él es VIF positivo, lo cual no es gran cosa, pero como estaba en un refugio de animales con muchas otras mascotas, contrajo una infección en las vías respiratorias superiores. Estuvo realmente enfermo por un tiempo. Esperaba que alguien lo adoptara, pero todavía estaba allí, semana tras semana”.
Después de varias semanas, Sandra decidió preguntar a su arrendador si podía llevarlo a casa y relató: “Me sorprendió mucho cuando me concedieron una excepción. Lo traje al día siguiente. Pasó de ser el gato más triste, al gato más feliz que he visto, en sólo un par de horas. Ronroneó toda la noche y no se apartaba de mi lado”.
Tras un año de cuidados adecuados y mucho amor, Mister Willis luce irreconocible tal como lo relató su mamá humana “lo tengo desde hace un año y hemos tenido nuestros altibajos. Estuvo muy enfermo por un tiempo y siempre teníamos que ir al veterinario. Afortunadamente, pudo combatir todas las infecciones y hoy es un gato feliz y saludable”.
¡Maravillosa transformación!