Pasó de preparar cupcakes en su cocina a manejar un gran negocio que distribuye en todo Estados Unidos.
La protagonista de esta historia es Mignon Francois una mamá soltera de 7 hijos a quienes logró sacar adelante gracias a su talento como pastelera pero sobretodo por su habilidad para administrar sus ingresos.
Todo comenzó cuando Mignon se mudó con su entonces esposo y siete hijos a la ciudad de Nashville en Tennessee, Estados Unidos en el año 2005, para reiniciar su vida ya que su ex esposo iba a tener un nuevo empleo pero lamentablemente la promesa de trabajo se desmoronó y terminó laborando como capataz con un sueldo que no era suficiente para poder mantener adecuadamente a su familia.
Ante la situación, Mignon empezó a administrar el dinero con los pocos recursos que tenían pero al ver que no alcanzaba, en el 2007 ella empezó a idear una forma de poder trabajar desde casa mientras se encargaba de la crianza de sus hijos al mismo tiempo. Fue así como por casualidad escuchó en la radio una historia sobre una persona que había logrado pagar todas sus deudas gracias a la venta de pasteles.
Posteriormente, Mignon se inspiró en esa historia y aunque no tenía ninguna experiencia en la pastelería, decidió darle una oportunidad y en una entrevista con el medio Entrepreneur explicó cómo empezó: “puse unos carteles de tres por tres fuera de mi casa que decía ‘Próximamente panadería’. Entonces sentí que todo el mundo lo había visto y ya no podía dar marcha atrás. Tenía que averiguar cómo hornear”.
Un tiempo después, en una tarde del 2007, un vecino tocó la puerta de su casa solicitando un pedido de 600 cupcakes a $1 USD cada uno. Pero como Mignon no tenía suficiente dinero para poder invertir y comprar todos los ingredientes necesarios, acordó que podía hornear 60 cupcakes al principio y en la entrevista mencionó: “Cuando cerré la puerta tuve un verdadero momento con dios y dije ‘¿En serio? ¿Me ofreces esta oportunidad cuando no tengo dinero? Literalmente tengo $5 dólares para alimentarnos”.
A pesar de la encrucijada, Mignon fue a una tienda y compró los ingredientes necesarios con sus últimos $5 y afortunadamente logró preparar los 60 cupcakes del primer lote y esa noche el vecino le pagó los $60 dólares correspondientes, convirtiéndose en el inicio de una gran negocio llamado The Cupcake Collection que abrió a finales del 2008 gracias al dinero que ahorraba con cada pedido.
En la actualidad, el negocio de Mignon vende cupcakes y pasteles especiales en todo Estados Unidos y ahora genera $1’000.000 de dólares en ventas cada año gracias a su arduo trabajo, el desarrollo de su talento como pastelera y por supuesto por sus hábitos de ahorro que le permitieron escalar su operación para ser todo un éxito y un ejemplo de perseverancia y disciplina.