¿Un marcapasos que funciona a partir de lágrimas?
Hay un dicho que dice que de nada sirve llorar por leche derramada, pero al parecer esas lágrimas podrían tener una utilidad bastante grande, pues Investigadores de la Universidad de Limerick en Irlanda descubrieron que en efecto, las lágrimas podrían ser un nuevo recurso para producir energía eléctrica.
Para ser más exactos, se trata de una enzima presente en las lágrimas. La investigación de la UL; demostró que la lisozima puede generar una pequeña cantidad de electricidad con un procedimiento bastante sencillo. Esta enzima también está presente en la saliva, mucosa, claras de huevo y leche; así que aquello de la leche derramada podría ser toda una mina de oro sin explotar.
Los investigadores han estudiado la lisozima por décadas;en 1965 fue la segunda estructura de proteína y la primera forma de enzima que alguna vez se trazó. Pero fue hasta ahora que se supo algo sobre su propiedad eléctrica; cuando los investigadores colocaron una muestra de cristales de lisozima y les aplicaron presión entre dos placas de vidrio.
Sí, eso fue todo lo que se necesitó. Electricidad por un apretón, de hecho esto es conocido como piezoelectricidad y es mucho más común de lo que imaginas.
Piezoelectricidad y lágrimas
El fenómeno fue descubierto en 1880 por Pierre Curie y Pau-Jacques Curie, sí, el cuñado y esposo de la dos veces ganadora del premio nobel, Marie Curie. Porque aparentemente el 90% de la ciencia en ese entonces tenía algo que ver con el apellido Curie. Hoy las impresoras de tinta, algunos tipos de audífonos, y las guitarras electroacústicas utilizan la piezoelectricidad, al deformar un cristal para crear voltaje.
Pero no todos los cristales pueden generar energía; los cristales piezoeléctricos funcionan porque sus bloques básicos de construcción son asimétricos.
Normalmente, las cargas eléctricas de los átomos que forman la estructura, son balanceadas por otros átomos cercanos, pero cuando el cristal es deformado, algunos átomos quedan muy cerca, mientras que otros se separan entre sí, destruyendo el balance.
Este efecto se traduce a tener una carga positiva de un lado del cristal, y una carga negativa en el otro lado.
El cuarzo es uno de los materiales piezoeléctricos más comunes; pero de acuerdo a los investigadores, la lisozima es capaz de competir con el cuarzo en cuanto a efectividad. Pero a diferencia de éste, la lisozima es un material biológico, lo que significa que no es tóxico y podría ser de gran utilidad en aplicaciones médicas. Bueno, no es tóxico para nosotros pero en sí la lisozima ayuda a romper las paredes de las células de las bacterias.
¿y Qué aplicaciones podría tener este hallazgo?
Así que la próxima vez que estés llorando por leche derramada, anímate un poco al pensar en que en un futuro; tus lágrimas podrían servir para hacer funcionar un hallazgo de la ciencia médica.