Este empleado del metro en Estados Unidos saluda a 4,000 pasajeros todos los días y absolutamente todos lo conocen.
El trabajo de William Cromarkie en el sistema de trenes de Oakland, California podría ser simple y mundano, sentado en una cabina como un taquillero tradicional.
Sin embargo, decidió transformar su propio empleo en algo mejor y sin ningún incentivo más que su propio bienestar a través del bienestar de los demás, con una misión simple: difundir un poco de simpatía a las miles de personas que cruzan su lugar de trabajo todos los días.
William decidió abandonar la cabina y saludar felizmente a cada pasajero. El significado de su trabajo se volvió diferente cuando William decidió que parte de él y su esencia se centraba en saludar gente. “A veces con un saludo cálido y ordenado, a veces doy apretones de mano y choco los puños e incluso hay personas que pasan por un abrazo”, menciona William.
El trabajo de William es tan inspirador que el cineasta Ivan Cash decidió hacer un cortometraje sobre él. La inspiración vino de la sinceridad, la calidez y la confianza que se desborda con William cuando lo vemos trabajando.
Ha estado haciendo su trabajo durante 20 años, y cree que nació para ello, dijo alguien de la Universidad de Berkeley que ha tenido su propia compañía durante 7 años y que viaja dos horas al día para ir a trabajar.
Más allá de cualquier salario, no puede haber mayor significado en un trabajo que mejorar la vida de quienes lo rodean, con un simple gesto cotidiano transformándolo en una verdadera arma de nobleza, elegancia y compasión.