Una banda de motociclistas “rudos” rescata a animales de dueños insensibles

Las apariencias engañan y estos hombres son la prueba, realizan una labor increíble con un corazón generoso.

Un grupo de motociclistas con tatuajes, cuya ruda apariencia causa miedo incluso desde lejos, ha salvado a muchos animales en Estados Unidos. Investigaban casos de abusos de animales, se acercaban a los dueños y los instaban a que entregaran a sus mascotas. Los hombres negociaban con refugios, ayudaban con la rehabilitación y encontraban nuevas familias para gatos, perros y caballos.

La organización Rescue Ink ha logrado quitarles animales a dueños crueles, incluso cuando la policía no había podido hacer nada.



Rescue Ink es una organización sin fines de lucro de defensores de los derechos de animales. Comenzó con un grupo de voluntarios en Nueva York. El equipo incluye moteros, ex campeones de fisicoculturismo y levantamiento de pesas, exmilitares, policías y abogados. Trabajaron muy activamente desde el 2008 hasta el 2014.

“Algunas personas nos consideran superhéroes. La verdad es que somos super amigos y súper defensores de los animales”.

Rescue Ink colaboró ​​con la policía y organizaciones sociales, haciendo todo lo posible dentro del marco de la ley para proteger a los animales de un trato cruel e irrespetuoso. Su trabajo dependía completamente de las donaciones.



Solo por correo electrónico, el equipo recibía entre mil y 3 mil mensajes por día de personas de todo el mundo, y por teléfono recibía más de 250 llamadas diarias.

A lo largo de los años, los motociclistas han rescatado a muchos perros, gatos, caballos, gallinas, cerdos y peces. Una vez, incluso a una boa de 1,5 metros.

En una entrevista con The New York Times, los hombres contaron que se enfrentaban a diferentes situaciones: alguien vendía animales de raza para comprar drogas, otro organizaba peleas de perros y el tercero intentaba envenenar a un grupo de gatos sin hogar cerca de su casa. Una vez les informaron sobre un asesino en serie de gatos en Pensilvania.

Sin embargo, solo investigaron los casos de malos tratos: si lograban encontrar al culpable, los participantes de Rescue Ink pasaban el caso a la policía. Si el dueño de algún animal no lo cuidaba y hacía frío afuera, los motociclistas podrían construir una caseta para el perro o ayudar en otra cosa.

Con su trabajo, estos hombres demostraron que cada uno de ellos tiene un corazón enorme y amable. Uno de los participantes de Rescue Ink, durante una semana y media llevaba con él a un gatito a todas partes, ya que necesitaba ser alimentado cada pocas horas. Otro hombre, una vez se metió a un estanque cerca de una alcantarilla para salvar a un pato.



Los participantes de Rescue Ink han pasado años educando a niños y adultos para que comprendan por qué el acoso animal es peligroso e incorrecto.

La mayoría de las veces, los acosadores son personas con los mismos rasgos: inseguras de sí mismas, impulsivas y despiadadas debido a problemas en el hogar o en su vida personal.

Los motociclistas creen que el acoso animal es solo el primer paso para estas personas. Luego, sintiendo impunidad y ganando confianza, los delincuentes pueden pasar a otras víctimas: con una alta probabilidad, será un niño, una mujer o una persona mayor. Por eso es tan importante detener todos los casos de violencia contra los animales.

A veces tenían que recoger animales cuyos dueños habían muerto y nadie se ocupaba de sus mascotas. En estos casos, ellos se contactaban con los refugios y  llevaban a las mascotas allí. En algún momento, ellos tuvieron su propio refugio, pero fue gravemente dañado durante un huracán.

Algunos animales necesitaban rehabilitación. Por ejemplo, los dueños jugaron con un cachorro mientras estaba pequeño, pero dejaron de cuidarlo cuando creció. Tenía que dormir afuera bajo la lluvia y la nieve o en el lodo, hasta que los chicos de Rescue Ink convencieron a los dueños de que lo cedieran.

Algunos perros son explotados para criar y vender cachorros de raza caros. En este caso, alguien le contaba a Rescue Ink que oía sonidos y sentía olores sospechosos y que nunca veía a un perro paseando, o que lo veía hambriento y agotado.



Los motociclistas se acercaban al dueño y comenzaban la conversación. Si el dueño no quería cooperar, llamaban a la policía. En la mayoría de los caso, al final, retiraban al animal.

En una entrevista con la revista People, el equipo contó que su apariencia es una gran ventaja en la lucha contra los dueños de mascotas sin escrúpulos.

Podían acercarse al delincuente tan cerca como la policía no podía. La apariencia que genera miedo es su manera de ayudar a los animales que no pueden hablar por sí mismos.

“Cuando un policía va a la casa de un abusador, llega en un vehículo oficial, y el delincuente conoce las restricciones del policía. Pero cuando llegamos nosotros, no sabe qué esperar, de qué somos capaces. Esto ayuda mucho”.

¡Una increíble labor la que realizan estos hombres! ¡No olvides dejarnos tus comentarios y compartir las buenas noticias!


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