Ambas se encuentran en Perú y Bolivia pero, ¿son lo mismo?
Las llamas y alpacas han sido utilizadas para el transporte y producción de lana durante unos miles de años. Ambas especies se encuentran principalmente en Perú y Bolivia y son parte de la familia de los camellos, Camelidae. Estos esponjosos animalitos son dos de las cuatro especies lamoides; las otras dos son: la vicuña y el guanaco (que son como sus primos salvajes).
Curiosamente, las cuatro especies son capaces de cruzarse y crear descendencia fértil. Aunque a menudo se combinan, las alpacas y las llamas difieren de manera clave.
Las diferencias físicas más notables entre las especies son el tamaño, el pelo y su forma facial. Además, difieren en su disposición, lo que afecta la forma en que los humanos las han usado a lo largo de los años.
Características
Tamaño: las alpacas son más pequeñas y miden alrededor de 90 cm de alto y pesan entre 55 y 65 kg. Las llamas en cambio son las más grandes, con aproximadamente 120 cm y un peso de 113 kg.
La cara de estos animales también es muy diferente. Las alpacas tienen caras pequeñas y romas con orejas cortas, mientras que las llamas tiene caras alargadas y orejas del tamaño de una banana.
Su cabello también es clave importante en su diferenciación. Las alpacas tienen un pelo lanudo que se usa para la producción de vellón. El color de su pelo puede variar mucho, desde blanco y amarillo hasta marrones y negros. En cambio las llamas tienen un pelaje más grueso, y su lana se considera inferior.
Uso
Los humanos regularmente usan a las llamas como animales de carga, ya que pueden cargar una cantidad generosa de peso. La llama promedio puede transportar una carga de 45 a 60 kg, hasta por 30 kilómetros. Sin embargo, las llamas tienen una mala reputación, ya que, cuando son sobrecargadas o maltratadas, reaccionan escupiendo, pateando o tumbándose sin moverse. Las alpacas por otro lado son un poco más tímidas y les gusta quedarse con su rebaño.
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