Un pescador de la Isla Grand Manan, en Canadá, halló un ejemplar único de langosta y la denominó “algodón de azúcar”.
Robinson Rusell encontró entre su pesca una langosta única con un caparazón traslúcido de color azul y rosa. El pescador nombró “Lucky” a su descubrimiento y la donó al Hunstman Marine Science Centre, en New Brunswick.