Obediente y con una sonrisa, este perrito esperó 4 años que sus dueños regresarán

La gente lo bautizó como el Hachiko tailandés y su historia es tan conmovedora que te dejará en lágrimas.

Bien dicen que lo último que se pierde es la esperanza, y Leo, un perrito de Talandia nunca la perdió. El fiel can amaba a sus dueños desde el fondo de su corazón, por lo que nunca pensó que le provocarían un mal.

Leo esperaba a sus amos a la orilla de la ruta donde fue olvidado. Obediente se sienta en el piso con la certeza de que vendrán a recogerlo. A la familia se les escapó del vehículo cuando ellos pararon en un lugar a descansar. Por más que buscaron, nunca más lo volvieron a ver, pero Leo no se olvido de ellos.

Un hombre vio al perro vagando por el sector y se le acerco a la mujer que lo había estado alimentando. El hombre  descubrió que el perro esperó en el cruce todo este tiempo.



Según relató China Press, La señora Pinnuchawet le contó al hombre que había intentando llevarse a Leo a su casa reiteradas veces. Pues esta delgado y con sarna. Pero el se rehusa y quiere esperar a su dueños.

La mujer logró llevarlo a su casa unos días, pero después escapó y volvió al cruce de la ruta. Como no quería abandonar el lugar, le llevaba comida todos los días. Si ella no podía hacerlo, uno de sus hijos se encargaba de alimentarlo.



Al ver la historia en Internet, una familia se contactó con el usuario avisando que era igual a un perro que habían extraviado hace algunos años en el sector. Resultó que en efecto Leo era ese perro y que en realidad su nombre era Bonbon.

Su propietario, de apellido Noi, explicó que se dieron cuenta de que el perro no estaba en el auto cuando se detuvieron en una estación de servicio para cargar combustible. Lo buscaron por los alrededores pero no lo vieron, por lo que pensaron que estaba muerto pues la carretera era muy transitada. Así que simplemente siguieron su camino sin él.

Los dueños rápidamente se dirigieron al lugar y comprobaron que era él. El reencuentro por supuesto fue emocionante, tanto para los dueños como para bonbon. Pero cuando lo quisieron subir al coche, el animal se negó. Le gustaba vivir en la naturaleza.



Luego del reencuentro la señora Pinnuchawet lo llevó a su casa y le sorprendió que esta vez caminara con tranquilidad, luego de esquivar los intentos de sus dueños por llevárselo. Sin duda Leo escogió su destino.

Los Noi prometieron visitarlo cada cierto tiempo y se encargaron de los gastos médicos contra el sarna.



Parece que Leo solo buscaba cerrar un capitulo en su vida y una vez que concluyó eligió su nuevo hogar. Leo es un claro ejemplo de que todos nuestros sueños se cumplen. No importa cuán difícil se ponga o que tan prolongada sea la espera.

Esperamos que este perrito al fin pueda ser feliz con su nueva familia y sobre todo tenga la compañía que tanto anhelaba.




Jennifer Monroe: Escritora de tiempo completo, cinéfila, comic addict y fotógrafa aficionada. A complete Nerd kissed by fire.
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