La evolución de la reacción de ambos es mejor con cada foto.
Existen dos tipos de animales o para ser más exactos de gatos: los gatos que no se inmutan si tocan su comida y por supuesto los que te entierran las garras al primer movimiento en falso. El gatito en esta situación parece ser una mezcla de los dos. Realmente podemos simpatizar con la difícil situación de este pobre gatito, que salió a cenar sólo para encontrarse a un impostor, metiéndole mano a su comida sin haber sido invitado.
Sin embargo en lugar de lanzar zarpazos de furia, este gatito reaccionó con un gemido y gesto bastante impotente hacia su dueño, algo así como un ”¿por qué estás permitiendo que esto me pase?” El impostor era nada más y nada menos que una zarigüeya bastante tranquila y mansa, por lo que el felino pudo haber acudido a sus instintos naturales y ahuyentarla. Pero no pasó así y la zarigüeya disfruto de una rica y tranquila cena, mientras el dueño del felino sólo se limitaba a documentar la graciosa situación.
La mirada del gato es simplemente demasiado. Mientras que la zarigüeya valiente no se mueve. Por lo que el tablero queda Zarigüeya 1, gato 0.
Si quieres morir de la risa con esta breve historia mira las fotos a continuación.
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