Esta rata canguro no había sido vista desde hace 31 años
Mientras realizaban algunas investigaciones de campo en Baja California, México, los investigadores ni siquiera estaban buscando a la rata canguro de San Quintín, ¿por qué lo harían? No había sido visto en décadas y se creía que estaba extinto.
Pero luego el pequeño roedor pareció regresar a la existencia justo frente a sus ojos, convirtiéndolos en los primeros en observar un ejemplar de la rata canguro San Quintín desde 1986.
La especie había sido declarada extinta en 1944
Mientras los investigadores realizaban un monitoreo rutinario de comunidades de mamíferos pequeños, colocaron algunas trampas en un campo de Baja California para atrapar roedores y monitorear a sus poblaciones.
Para su sorpresa, en cuatro de las trampas colocadas descubrieron ratas canguro de San Quintín, que sólo pudieron reconocer después de verificar las notas de campo de otros naturalistas, que por supuesto habían sido escritas hace décadas.
“No se puede imaginar lo felices que estamos”, dijo en un comunicado Jorge Andrade, coordinador de gestión adaptable de Terra Peninsular. “Es muy gratificante para nosotros pensar que la rata canguro de San Quintín aún persiste en el área”.
Los investigadores entusiasmados se turnaron para sujetar a las pequeñas ratas para documentar su existencia en fotos antes de liberarlas ilesas de vuelta al campo y verlas alejarse.
La rata canguro de San Quintín (Dipodomys gravipes), no había sido vista desde 1988 y en 1994 fue declarada como “extinta en el medio silvestre” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sin embargo, el descubrimiento demuestra que al menos algunos de estos animales han sobrevivido mucho después de su última observación.
Los afortunados investigadores son miembros del Museo de Historia Natural de San Diego y Terra Peninsular, una organización mexicana sin fines de lucro dedicada a la conservación.
Ahora que saben que las pequeñas ratas aún existen, están decididas a ayudar a proteger a la especie en el futuro a través de la conservación del terreno.
“Este descubrimiento no sólo es un ejemplo perfecto de la importancia del buen trabajo de campo de historia natural ‘hecho a la antigua’, sino que tenemos la oportunidad de desarrollar un plan de conservación basado en nuestros hallazgos”, agregó Scott Tremor, especialista en mamíferos del museo. “Estamos muy emocionados por la capacidad de llevar nuestra investigación y convertirla en esfuerzos de conservación tangibles”.
¿Cuál es la historia de este roedor endémico de México?
El primer registro que se tiene de la rata canguro de San Quintín data de1925 y fue realizado por el zoólogo Laurence M. Huey quien describió que la especie se encontraba en un radio de 20 kilómetros en la árida costa de Baja California.
La diminuta y única criatura conocida como Dipodomys gravipes o rata canguro de San Quintín, es un pequeño roedor de unos 12 centímetros que se distingue por tener una cola larga, acolchada y con mechones.
Las ratas canguro obtienen su nombre de sus cortas patas delanteras y sus extrañamente largas patas traseras, que les permiten saltar como pequeños canguros.
Además de servir como alimento para depredadores caninos como los zorros, coyotes y lobos mexicanos, este roedor es un importante dispersor de semillas, lo cual ayuda a que se regeneren áreas donde la vegetación desaparece por actividades humanas o por condiciones climáticas extremas.
San Quintín es un poblado costero que pertenece al municipio de Ensenada, pero que está ubicado a 178 kilómetros de la cabecera municipal.
A pesar de estar localizado en un ecosistema árido, la agricultura ha florecido en la región por el aprovechamiento eficiente de dos temporadas de lluvias cada año, pero tristemente la expansión de esta actividad fue la que terminó desplazando accidentalmente a la rata canguro de San Quintín por tomates y fresas, pues su hábitat fue convertido en granjas e invernaderos para cultivar estas frutas.
¿Cuáles son los planes para conservar a la especie?
Esta no es la primera vez que los investigadores del museo de San Diego redescubren una especie extinta. De hecho, este es el tercer caso, y viene a unirse al topillo de California de alta elevación y la ardilla de tierra de cola redonda.
Es por esto que tanto el personal del NAT, Terra Peninsular, instituciones académicas y autoridades locales, se encuentran desarrollando un plan de conservación en la región para mamíferos pequeños como la rata canguro de San Quintín; el cual incluirá estrategias de restauración, mejoras del hábitat, análisis moleculares de la salud de la población, estrategias de protección de la tierra y materiales educativos y de divulgación, así como la identificación las preocupaciones clave para el futuro de la especie.
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