El objetivo de todo esto es que tanto las personas como las mascotas tengan una nueva oportunidad en la vida.
Hace más de tres años, una pareja rescató a una perrita que se encontraba a un lado de la carretera cerca del bosque en Río de Janeiro. La perrita llamada Mabel era de edad avanzada y aunque la pareja ya tenía seis perros, creyeron que uno más no afectaría en nada.
Para sorpresa de ambos, Mabel estaba embarazada y lo que llamamos muy embarazada, pues parió siete cachorros. Rápidamente la pareja se dio cuenta de que habían duplicado la manada en solo un día y sin quererlo.
Afortunadamente, pudieron encontrarle hogar a cuatro de los seis cachorros y se quedaron con dos. Desde entonces, el rescate de animales y el activismo por los derechos de los animales se ha convertido en parte importante de sus vidas. Su manada ha crecido hasta 23 perros y han recogido, fomentado y puesto en adopción a varias docenas más.
Además en los últimos años, la pareja ha adquirido un nuevo enfoque: trabajar con personas sin hogar que viven en las calles con sus mascotas. A primera instancia, es una situación sombría y deprimente, porque muchos suponen que los animales que viven en la calle con gente sin hogar son maltratados.
Pero, la verdad puede ser muy opuesta. El vínculo que se forma entre las personas sin hogar y sus mascotas a menudo es fuerte, profunda y muy estable. La necesidad mutua, y el resultado de una intensa devoción hacen que los animales y las personas sin hogar desarrollen entre sí una inspiradora amistad.
Es un poco complicado explicar cómo afecta ver a una persona hambrienta y sin hogar recibir comida que se necesita con urgencia y, sin pensarlo dos veces, dividirla instantáneamente en dos para compartirla con su perro o gato hambriento.
A medida que para David Miranda y su esposa se hizo más importante el trabajo, produjeron varios documentales cortos, bajo la dirección de la unidad de filmación creada por la directora y ganadora del Oscar Laura Poitras.
El primero, “Birdie”, contó la historia de un ex convicto que ahora vive en las calles, vendiendo frutas y dedicándose al cuidado de sus dos perros. La otra, “Karollyne”, detalla la historia verdaderamente sorprendente de una mujer trans que es la matriarca de una familia sin hogar que se refugia en un edificio abandonado y cuida a docenas de perros, gatos, monos y otros animales, la mayoría de los cuales fueron cruelmente abandonados por personas que llevaron a sus animales no deseados al bosque y los abandonaron.
Aprovechando estos enriquecedores ejemplos, David y su esposa decidieron crear un nuevo modelo de cuidados que aprovecha el vínculo único y poderoso de la gente sin hogar y los animales abandonados. Desarrollaron un plan para un nuevo tipo de refugio, uno único.
La idea central es que el refugio de animales funcione como cualquier otro: brindando rescates, atención medica, reubicación y alimento, además de una campaña pública para alentar a las adopciones y crear un sitio web centralizado para que las personas que pierden mascotas y personas que encuentren mascotas se conecten entre sí.
Sin embargo su atributo único es que el refugio será atendido exclusivamente por personas sin hogar que viven en las calles con sus mascotas y, por lo tanto, tienen una afinidad demostrada por cuidar animales necesitados.
El objetivo es al mismo tiempo empoderar y mejorar la vida de la mayor cantidad posible de personas y animales sin hogar. La pareja espera y cree sinceramente, en el éxito de este proyecto y esperan que pueda servir como modelo para inspirar a otros refugios alrededor del mundo.