Después de 8 meses de rehabilitación ya lucía como un verdadero tigre.
A pesar de que Aasha, una cachorra de tigre de Bengala tenía 9 meses, pesaba sólo 13 kilos, lo que sería normal para un cachorro de 3 meses. La pobre pertenecía a un circo ambulante donde no sólo la maltrataban sino que también la molestaba un tigre mucho más grande.
Afortunadamente Vivky Keahey, fundadora del Centro Educativo y de Rescate de Vida Silvestre In-Sync Exotics de Texas, la tomó bajo su cuidado de rescate en 2011.
”Las zonas calvas de Aasha estaban por casi todo su cuerpo y su piel estaba seca y agrietada con zonas oscurecidas y sangrantes”, dijo Keahey a The Dodo. La cachorra estaba sufriendo y tenía heridas abiertas.
La cuidadora entraba todos los días a darle medicamentos, pasaba tiempo con ella y le daba baños medicinales. Después de 8 semanas de tratamiento, el pelaje de Aasha comenzó a sanar y se aficionó a la natación. En sólo 8 meses parecía un verdadero tigre y fue reintegrada con un tigre más grande llamado Smuggler. Ahora los dos viven juntos en el mismo recinto y Aasha es una tigresa saludable y muy querida.
Ningún animal debe vivir bajo estas condiciones; todos merecen amor y respeto. Poco a poco el mundo ha evolucionado y por fortuna cada vez son más los países que no permiten que los circos tengan animales para el entretenimiento humano.
¡Una increíble transformación! Estamos seguros de que Aasha ahora vive muy feliz en su nuevo hogar.