Si ves este escenario, no te asustes, estas abejas solo están de paso, en busca de una nueva colmena.
Para muchas personas, el inicio del clima cálido de fines de primavera evoca imágenes de barbacoas, viajes a la playa y largas tardes de Sol. Pero si eres un apicultor, los cambios de estaciones pueden tener otro significado adicional: es el comienzo de la temporada de enjambres de abejas.
Los enjambres de abejas pueden llegar a contar con más de 10,000 abejas y toman la forma de una pelota de baloncesto, zumban y sí, lucen como una pesadilla, pero afortunadamente solo están ‘’viajando’’ y aunque a veces descansan en los lugares más inesperados, los apicultores nos alientan a no matar o molestar a estos insectos.
De hecho, a medida que el mundo continua experimentando una rápida disminución general de abejas, permitir que estas pequeñas continúen con su viaje en paz o que sean recogidas por apicultores expertos es algo bueno pues así aseguramos su supervivencia.
Los enjambres viajeros es un comportamiento particular que las abejas exhiben a fines de la primavera o principios del verano como una forma de propagar la especie, dice Andrew Coté, un apicultor de Nueva York y fundador de la Asociación de Apicultores de la Ciudad de Nueva York.
Cuando una colonia se hace lo suficientemente grande, se divide en dos y la abeja reina se va volando, por lo general, llevándose una tercera parte hasta la mitad de la colonia con ella, en busca de un nuevo hogar y dejando que en la colonia base otra reina tome su lugar.
Sin embargo mientras buscan un nuevo hogar adecuado, estos enjambres hacen breves parada en ramas de árboles, paredes, señales de tráfico, autos y otros objetos. Su apariencia es similar al de una bola y aunque puede parecer amenazadora, cuando se encuentran en este estado su comportamiento agresivo es menos notorio.
Esto se debe a que al estar de ‘’viaje’’ no cuentan con nidos, miel o reservas para defender por lo que son más dóciles y rara vez permanecen en un lugar durante más de un día. Por lo que es probable que despeguen por sí solas si las dejas en paz.
Estos cúmulos no se trata de la construcción de un nido, sino de una reunión temporal. Así que no es necesario que te sientas amenazado o inquieto si estas pequeñas llegan a algún lugar cerca de ti.
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