Sin querer un día la rutina cambió y no sólo transformó una vida sino dos.
Un hombre salía a correr todos los días por la misma ruta. Cada día pasaba por los mismos árboles, las mismas casas y el camino siempre parecía ser igual.
Sin embargo, un día, algo en su rutina se transformó. Entre los campos a un lado de la carretera, un cachorro blanco salió de la nada para sorprenderlo. No se sabe con certeza si el perrito fue abandonado o ya vivía en las calles, pero el corredor cree que alguien simplemente lo abandonó allí.
Por lo general, los animales callejeros son tímidos y salen corriendo cuando la gente se acerca, debido a que tienen miedo o no están acostumbrados a socializar con humanos. Pero la reacción de este pequeño fue muy diferente.
Apenas el corredor se acercó al camino, el can se puso como loco, saltando de la felicidad y moviendo su cola rápidamente. Estaba tan feliz y aliviado de que alguien finalmente se fijara en él. Se movía para todos lados e incluso emitió algunos ladridos agudos que denotaban alegría.
El adorable cachorro se tumbaba de espaldas, pidiendo caricias en la barriguita. El corredor le dio lo que el perro buscaba y luego lo llevó con él. Apenas llegaron a casa, le dio comida y agua y llamó al servicio local de rescate de animales, donde el cachorro sería examinado médicamente.
Afortunadamente para ambos, el perrito tuvo un certificado de buena salud y poco después encontró un hogar. El destino ayudó a que estos dos se cruzaran y ahora el perrito esta a salvo y fuera de las calles.
Ojalá todas las historias de perros en situación de calle terminaran con alguien dándoles un hogar y el amor que necesitan.