Los niños no conocen fronteras, verlos jugar de esta manera nos deja un fuerte mensaje de unión.
Esta escena puede parecer normal, niños jugando juntos, padres observando mientras sus hijos se divierten con juegos y otros niños. Pero ningún parque es igual a este.
Los ‘sube y bajas’ instalados en la frontera de México con Estados Unidos, fueron establecidos en ambas partes atravesando la valla metálica que divide a ambos países.
Ronald Rael es un profesor de arquitectura de la Universidad de California, Berkeley, y en colaboración con Virginia San Fratello, una profesora de diseño en la Universidad Estatal de San José, tuvieron la idea de instalar estos juegos en la zona.
En 2009, diseñaron un concepto para el balancín binacional en la frontera, par un libro llamado “Borderwall as Architecture”, que utiliza el humor y la inventiva para abordar el tema de la construcción de barreras.
Después de 10 años, sus bocetos se hicieron realidad. Rael, Virginia y su equipo transportaron los balancines a Sunland Park, Nuevo México, donde se separa el país y del lado mexicano se encuentra Ciudad Juárez.
Personas de ambos lados del muro se unieron para jugar y pasar un buen rato en un acto unificador. El arquitecto mencionó que el evento estaba lleno de alegría, emoción y unión en el muro fronterizo.
“El muro se convirtió en un punto de apoyo literal para las relaciones entre Estados Unidos y México, los niños y los adultos se conectaron de manera significativa en ambos lados con el reconocimiento de que las acciones que tienen lugar en un lado tienen una consecuencia directa en el otro lado”, escribió Rael.
Una pieza artística con un trasfondo profundo, pues ese muro ha sido cuestionado durante años pero la gente demuestra a pesar de las barreras físicas, la unión hace la fuerza para crear un mundo mejor.