Un lugar donde, 32 años después de la catástrofe, los humanos se mantienen alejados, pero los animales y la naturaleza conviven.
El fotógrafo ruso Vladimir Migutin se aventuró recientemente en la Zona de Exclusión de Chernobyl, armado con una cámara infrarroja de Kolari Vision. Las 1,600 kilómetros cuadrados que rodean la planta de energía nuclear de Chernobyl es un extraño espacio de transición.
La visita de Migutin a Chernobyl es un recordatorio de la resiliencia de la naturaleza, así como una advertencia sobre las consecuencias de la tecnología hecha por el hombre y cómo pueden tener un impacto duradero en nuestro planeta.
h/t: My Modern Met