La bacteria quiere ser introducida en los océanos para eliminar las grandes cantidades de microplástico que afectan la fauna marina.
La contaminación oceánica es un problema grave que tiende a empeorar. Hoy se arrojan 8 millones de toneladas de plástico al año, es difícil de procesar y se estima que para el año 2050 tendremos más plástico en los mares que pescados.
Buscando una salida a este grave problema, dos chicas universitarias están desarrollando bacterias capaces de procesar y degradar el material.
Miranda Wang y Jeanny Yao viven en Vancouver, Canadá y han estado trabajando en la idea desde que estaban en secundaria. En 2013 ya estaban dando conferencias sobre su trabajo el cual ha recibido incentivos financieros y ya ha ganado algunos premios por la innovación tecnológica.
Su objetivo es crear bacterias que se alimenten de los desechos plásticos , devolviendo agua y CO2 a los océanos. El sistema funciona en dos pasos: en el primero, el plástico se disuelve con solventes, luego las bacterias entran en juego. Se estima que cada litro de solución bacteriana puede eliminar nueve gramos de plástico del agua.
Las dos pusieron a prueba el producto en 2016, y esperan que sea comercialmente viable dentro de algunos años. Wang cree que el plástico es un material esencial que no se dejará de lado pronto a pesar de los esfuerzos, por lo que es necesario crear una forma de hacerlo biodegradable.