Después de casi dos décadas de investigación, un médico finalmente recibió el visto bueno para comenzar a convertir miles de kilos de residuos biológicos en alimentos.
El martes pasado fue un momento que definió la carrera del Dr. Keerti Rathore después de que su trabajo en el cultivo de semillas de algodón comestible fue aprobado para su comercialización por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de EE. UU.
Rathore logró desarrollar las semillas de algodón comestible al silenciar un gen en las semillas que producían una toxina llamada gosipol. Una vez que las semillas se hacen comestibles, se sabe que tienen un sabor similar al hummus.
Para ilustrar la importancia de esta investigación y su potencial, hagamos algunos cálculos rápidos. Teniendo en cuenta cómo el mundo produce 48.5 millones de toneladas de algodón cada año, y cada libra de fibra de algodón produce 1.6 libras de semilla de algodón, la innovación comestible de Rathore podría resultar en aproximadamente 155 billones de libras de semilla de algodón comestible anualmente, lo que tendría un tremendo impacto en la lucha contra Hambre mundial y desnutrición.
Al introducir este algodón modificado para el consumo masivo, Rathore espera erradicar estos problemas. Las semillas aún deben ser aprobadas por la FDA, pero Rathore confía en que recibirá luz verde en los próximos meses.
Además de su impacto en el hambre y la desnutrición del mundo, la investigación de Rathore también podría llevar a un aumento significativo en los ingresos para los agricultores y la industria del algodón en general.