15 inventos que fueron creados por accidente

Al parecer la línea entre un “demonios” y un “eureka” es muy pero muy delgada

Cuando pensamos en quienes realizan los descubrimientos que la humanidad usa a diario, normalmente imaginamos a personas prodigio, con un perfil impecable.

Pero al parecer muchos de los inventos que usamos a diario fueron descubiertos por personas que realmente estaban intentando lograr otra cosa completamente diferente.

1. Slinky

También conocido como espiral o gusano, este popular juguete fue descubierto mientras Richard James trataba de crear un medidor que pudiera monitorear la potencia de los barcos durante la Segunda Guerra Mundial.  De repente, uno de los resortes que utilizaba para estabilizar el medidor se cayó de la mesa y continuó “caminando”.

La idea de hacer un juguete infantil con su ‘resorte errante’ le vino a la cabeza casi de inmediato.

2. Galletas con chispas de chocolate

Ruth Wakefield estaba horneando un postre de chocolate cuando aparentemente se quedó sin el chocolate para hornear que usaba regularmente.

Para salir del problema, decidió usar chispas de chocolate Nestlé, esperando que los trozos de chocolate se derritieran y se mezclaran dentro de la masa.

Eso nunca sucedió, pero es gracias a ese delicioso accidente que uno de nuestros postres favoritos existe.

3. Velcro

Cuando George de Mestral paseaba por los Alpes se dio cuenta de que las espigas de las plantas se pegaban en su ropa y en el pelo de su perro. Después de examinar las plantas en el microscopio, de Mestral decidió diseñar un cierre que copiara los ganchos microscópicos de las espiguillas.

Aunque al principio muchos se rieron de él, Mestral se mantuvo firme a pesar de la falta de apoyo. A base de prueba y el error, comprobó que el nylon cosido con rayos infrarrojos, formaba unos ganchitos resistentes que se pegaban muy fácilmente a una tela de nylon más suave y aterciopelada.

Crédito: msantos7 – Flickr

¿Y por qué decidió llamar a su invento “Velcro”? Pues por la mezcla de la palabra francesa velours (terciopelo) y la inglesa crochet (gancho).

4. Penicilina

En en 1928 el bacteriólogo Sir Alexander Fleming regresó de vacaciones a su laboratorio en Londres para descubrir dos cosas: una, que su espacio de trabajo estaba un poco desordenado, al punto de que el moho microscópico había contaminado una de sus placas de Petri.

La segunda cosa que descubrió fue que el moho en las placas era Penicillin motum, y que lo que éste le estaba haciendo a las colonias de Staphylococcus aureus (que era lo que originalmente estaba estudiando) no era como nada que él -o nadie- hubiera visto antes.

Crédito: Wikimedia

Su ‘accidente’ abriría las puertas al descubrimiento del primer antibiótico del mundo: la penicilina.



5. Microondas

Percy Spencer estaba experimentando con un nuevo tubo de vacío llamado ‘magnetrón’ mientras hacía una investigación para Raytheon Corporation en 1945.

Crédito: HomeSpot HQ – Flickr

Decidió hacer otro experimento con palomitas de maíz cuando una barra de caramelo en su bolsillo comenzó a derretirse.

Al ver que efectivamente las palomitas de maíz comenzaron a explotar, Spencer vio de inmediato el potencial de este revolucionario proceso.

6. Papas fritas

Puedes agradecerle a un cliente insatisfecho y exigente en Saratoga Springs, Nueva York, por la invención de este glorioso refrigerio.

En 1853, después de que un cliente le regresara su pedido de patatas fritas al camarero en repetidas ocasiones, quejándose de que estaban demasiado gruesas y aceitosas, George Crum, el chef del restaurante, estaba harto. Enojado y lleno de fastidio, aceptó preparar literalmente la solicitud de una patata más delgada, cortando las papas en rodajas finas, friéndolas y cubriéndolas con sal. Así fue como nacieron las “Saratoga Chips”.

7. Plastilina Play-Doh

Originalmente Play-Doh funcionaba como una masa para limpiar papel tapiz, producida y vendida por la compañía de jabón de Noah McVicker, Kutol Products.

Con el tiempo, la sustancia moldeable comenzó a ganar popularidad entre los maestros de escuela, quienes la utilizaban para hacer manualidades y actividades artísticas en el aula.

No fue sino hasta años después que los McVickers decidieron comercializarlo como un producto para niños.

8. Vidrio de seguridad

Edouard Benedictus dejó caer un frasco de vidrio que contenía nitrato de celulosa, y para su sorpresa, el frasco no se rompió.

9. El marcapasos

Mientras trabajaba como profesor asistente en ingeniería eléctrica en la Universidad de Buffalo, Wilson Greatbatch metió la mano en una caja de piezas de resistencia para completar el circuito mientras construía un dispositivo que registraba el ritmo cardíaco.

El que sacó era del tamaño equivocado, y cuando lo instaló, el circuito que produjo emitió pulsos eléctricos intermitentes. Al ser la resistencia electrónica incorrecta Greatbatch no pudo registrar los latidos del corazón, pero generó un pulso.

Posteriormente logró asociar el tiempo y el ritmo de los pulsos con un latido del corazón humano, después de lo cual, comenzó con experimentos para reducir el tamaño del equipo y protegerlo de los fluidos corporales.

10. Fuegos artificiales

Un cocinero chino anónimo mezcló accidentalmente carbón, azufre y salitre, los cuales eran elementos comunes de la cocina hace 2000 años.

Cuando la mezcla fue comprimida en un tubo de bambú (no tenemos ni idea de por qué el cocinero hizo eso), explotó y le regaló al mundo una nueva manera de festejar a lo grande.

11. Tinte sintético

La quinina sintetizada de William Henry Perkin no logró curar la malaria, pero descubrió una nueva forma de teñir las cosas con un nítido color púrpura que cambiaría la industria de la moda para siempre.

Crédito: Museo Nacional de Historia Americana

Su mezcla aceitosa no sólo transformó la seda con un llamativo tono púrpura claro, el color no se deslavaba y era más vibrante y brillante que los colorantes existentes en el mercado. En ese entonces, los tintes estaban hechos principalmente de insectos, moluscos o material vegetal.



12. Hojuelas de MAÍZ

Los hermanos Kellog accidentalmente dejaron una olla de granos de maíz hervido en la estufa durante varios días. La mezcla se volvió mohosa, pero el producto que emergió era seco y espeso.

A través de la experimentación lograron eliminar la parte mohosa y crearon las hojuelas de maíz. Otro increíble invento que le debemos a la mala memoria de sus creadores.

13. Notas post-it

En 1968, el científico Spencer Silver en la empresa 3M creó un adhesivo muy débil que se despegaba de cualquier superficie donde lo colocaran.

Lo curioso es que de hecho Silver estaba tratando de crear un adhesivo súper potente.

Nadie pensó que hubiera algún uso para su producto, hasta que otro científico, Art Fry, se dio cuenta de que los pequeños pedazos de papel funcionaban de maravilla para marcar las canciones en sus libros del coro de la iglesia. Y lo mejor de todo era que no dejaban residuos en las páginas.

14. Rayos X

Wilhem Roentgen estaba investigando los rayos catódicos usando una pantalla fluorescente, pintada con platinocianuro de bario y un tubo de Crookes que había envuelto en cartón negro, para que la luz visible del tubo no interfiriera. Röntgen notó un tenue brillo verde en la pantalla, a aproximadamente 1 metro de distancia, a pesar de que su máquina tenía una cubierta opaca.

Posteriormente se dio cuenta de que los rayos invisibles provenientes del tubo, atravesaban el cartón y eran capaces de hacer que la pantalla brillara. Finalmente descubrió que los rayos también podían traspasar libros y papeles en su escritorio y fue entonces cuando decidió sumergirse e investigar estos rayos desconocidos de manera sistemática.

Dos meses después de su descubrimiento inicial, decidió publicar su investigación.

Röntgen descubrió el uso médico de los rayos cuando hizo una foto de la mano de su esposa en una placa fotográfica. Esa imagen fue la primera fotografía de una parte del cuerpo humano que utilizó rayos X. Cuando vio la imagen, su esposa dijo “He visto mi muerte”.

Crédito: wikispaces.com

15. edulcorante artificial

Un investigador de la Universidad Johns Hopkins, Constantine Fahlberg, descubrió la fórmula porque olvidó lavarse las manos. Él había derramado en sus manos un químico que hacía que su pan tuviera un sabor muy dulce.

El investigador solicitó de inmediato una patente y comenzó a producir su producto en masa.

Crédito: Open Grid Scheduler / Grid Engine – Flickr

 

¿Lo ves?

Quizás equivocarte es lo mejor que te podría suceder el día de hoy.

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Monica Acevedo:
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