Un ameno VÍDEO para entender cómo construye sus chistes el comediante más importante de nuestra era
Louis C.K. se ha consolidado como el comediante más importante de la década. Sus especiales de stand-up, transmitidos en canales como HBO, Comedy Central y Netflix, han sido admirados por millones, y le han merecido dos premios Emmy. Hilarious, en particular, fue el primer especial de stand-up en la historia que se proyectó en el festival de Sundance. Y Shameless fue elegido por Rollingstone como el tercer mejor monólogo de stand-up en la historia. Sus series le han ganado otros tantos Emmys, y cambiaron para siempre el paradigma de la comedia en la televisión. Antes; había realizado videos como artista independiente y colaborado como guionista para comediantes de la talla de David Letterman, Conan O´Brien y Chris Rock. Su talento también lo ha llevado a trabajar con los humoristas más importantes de nuestra era: Woody Allen, Ricky Gervais y Jerry Seinfeld.
Independencia creativa
Además, Louis es un modelo de independencia creativa. Él escribió, dirigió, produjo y actuó en sus dos más recientes series, la multigalardonada Louie, y Horace and Pete, que se ha vuelto de culto entre los seguidores del humor inteligente. Los que admiramos su trabajo; lo hacemos, sí, por las carcajadas que le debemos; sí, porque expresa lo mismo que muchos pensamos. Pero no nos atrevemos a aceptarlo, por normas sociales, moral retrógrada, o lo que sea, y sí, se agradece la incorrección política, la verbalización en términos sencillos de ideas complejas; pero sobre todo lo apreciamos por la ética de su discurso.
El siguiente vídeo focaliza su atención en un chiste de Louis. Al hacerlo, nos permite admirar el proceso y los componentes de su arte: la premisa, el contrapunto y el punch-line; el ritmo, el tono, la dramatización. Al contar una historia que gira en torno a una partida de Monopoly con sus hijas; Louis nos hace ponernos en su perspectiva y comprender las dimensiones del absurdo. Porque al hacerlo no sólo está hablando de la dinámica de un juego de mesa, sino de la adultez, el trabajo y las condiciones económicas de nuestros tiempos.