Tres conferencias para recordar a Ricardo Piglia

Breve homenaje a uno de los escritores más importantes de habla hispana en los últimos cincuenta años, Ricardo Piglia

El pasado 6 de enero del 2017, a los 76 años de edad, falleció Ricardo Piglia, siendo ya un clásico imprescindible de las letras hispanoamericanas. Su herencia: seis libros de cuento, seis de ensayo, cinco novelas, cuatro guiones para cine y un diario que se publicará en varias partes. Piglia, oriundo de Argentina; alternó su vida adulta entre Buenos Aires y Estados Unidos, donde impartía cátedra en universidades como Harvard y Princeton; hasta que pereció a consecuencia de una esclerosis lateral amiotrófica.


Leer a Piglia es como conversar con él. Su inteligencia, la profunda comprensión que logró de los temas que le inquietaron, le permitió escribir con una claridad traslúcida. “Escribir es buscar en la oscuridad la música del lenguaje”, declaró en una entrevista, y sí, leerlo era como bailar un tango con una mente privilegiada. “Narrar, decía mi padre, es como jugar al póker. Todo el secreto consiste en parecer mentiroso cuando se está diciendo la verdad”.

El argentino se interesó por diversos temas, aunque siempre parecía regresar a la dicotomía realidad-ficción. “El arte es una forma sintética del universo, un microcosmos que reproduce la especificidad del mundo. La moneda griega es un modelo en escala de toda una economía y de toda una civilización y a la vez es sólo un objeto extraviado que brilla al atardecer en la transparencia del agua”.

Al haber vivido la dictadura, ahondó también en cuestiones sociales y políticas. “Yo veo la sociedad como una red de narraciones; no sólo es una red de intercambios económicos o sentimentales, sino también una trama de relatos”.


BIOGRÁFICO y epistolar

Otra de sus aficiones, además de la obra de autores como Borges y Faulkner, fueron los géneros biográfico y epistolar. “Escribir una carta es enviar un mensaje al futuro; hablar desde el presente con un destinatario que no está ahí; del que no se sabe cómo ha de estar (en qué ánimo, con quién) mientras le escribimos y, sobre todo,después: al leernos. La correspondencia es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo”.

Para muchos de nosotros, aunque no tuvimos la suerte de conocerlo, fue un maestro de la escritura. En lo personal, no puedo escribir una historia breve sin pensar en su Tesis sobre el cuento. “El cuento es un relato que encierra un relato secreto. No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento”.

A modo de homenaje; para mantener su recuerdo latente, para que su voz y sus letras alcancen nuevas sensibilidades que todavía no saben que lo buscan, que lo necesitan, compartimos tres de sus conferencias.


sobre literatura y tecnología

los libros que lo marcaron

sobre su obra y la novela policiaca

Bernardo Suarez:
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