Esta fotógrafa polaca viajó a la India para capturar la belleza de su gente.
El mundo está lleno de lugares increíbles que tal vez no somos capaces de imaginarnos. Viajar es una experiencia inigualable ya que durante los viajes, además de conocer lugares asombrosos, vemos la diversidad cultural, gastronómica y de la gente.
Gracias a los viajes podemos ampliar nuestros horizontes, llenarnos de conocimientos nuevos y aprender las diferencias y similitudes que tenemos con gente de todo el mundo.
Lamentablemente, algunas veces no es posible vivir estas experiencias por motivos económicos o laborales. Es aquí donde la fotografía entra y nos da la oportunidad de conocer más sobre otros lugares y culturas sin salir de casa. Espíritus aventureros como Magdalena Bagrianow usan su curiosidad innata para contar historias a su público.
La fotógrafa originaria de Polonia y quien ahora reside en Reino Unido, viajó durante años a la India para retratar a sus habitantes.
En su primer viaje, Bagrianow exploró la India por meses, en los que conoció a sus residentes y aprendió a ver este país como los locales. El fondo de sus imágenes muestra el ajetreo en las calles y a los animales que deambulan por la zona, pero es evidente que el énfasis está en el rostro, en especial en la sinceridad en sus ojos.
“Al mirar en los ojos de estas personas, entendemos su carácter, sus emociones. Nos permite conectar con ellos y nos ofrece un vistazo de quiénes son en realidad”.
La fotógrafa visitó Rajasthan y acudió a la Feria de Pushkar, un famoso mercado de ganado que recibe a miles de familias rurales, desde comerciantes de camellos hasta niños y mujeres nómadas. Este evento es una fuente de inspiración para Bagrianow, y haberlo capturado a través de sus asistentes ha profundizado su vínculo con el país. “Tuve la suerte de hacerme amiga de muchos de ellos a lo largo de los años”.
Suman, de la casta Kalbelia, en la feria anual de Pushkar.
Anciana Rajasthani en las calles de Pushkar.
Suman de la casta Kalbelia, retratada en la feria anual de Pushkar.
Chica gitana de la casta Kalbelia.
Niña pequeña Omani, retratada en Mutrah Souq.
Retrato de un Sadhu en las calles de Pushkar.
Madre e hija, Papu y Mamtu de la casta Bhopa, son consideradas como dos de las mujeres más hermosas de Rajasthan.
Chica Kalbelia con su hermanita pequeña, en las afueras de Pushkar.
Hombre Sadhu en Pushkar.
Vendedor de camellos Rajasthani.
Mamtu, gitana de ojos verdes de la casta Bhopa.
Chica de la casta Kalbelia retratada en la feria de Pushkar.
Niño pequeño Rajasthani
Retrato de un Sadhu, hombre santo hindú, en las calles de Pushkar.
Hombre vestido de diosa hindú ofreciendo sus bendiciones a cambio de dinero de turistas y vecinos.
Bella gitana Kalbelia llamada Suman, en el parque de atracciones de Pushkar.
Maya, chica gitana de la casta Bhopa.
Vendedor de camellos Rajasthani en la feria anual de Pushkar.
Niño Rajasthani vestido como el dios hindú Shiva. La foto se hizo en las calles de Pushkar, donde aceptaba dinero y ofrendas de vecinos y turistas, ya que se consideran de buena suerte. Su madre estaba a su lado cuidándolo todo el rato. Es costumbre que niños y adultos se vistan como dioses del panteón hindú durante festivales religiosos.
Sagina, chica de la casta Kalbelia, bailando en el parque de atracciones de Pushkar.
Niña gitana de la casta Bhopa retratada con su mascota en las afueras de Pushkar.
Madre gitana y su hijo
Hermanas reunidas frente a su tienda de campaña en la feria de Pushkar.
El Taj Mahal en una mañana con niebla.
Pastor Rajasthani entre sus camellos en la feria de Pushkar.