Francia premiada por obligar a los supermercados a dar la comida sin vender a los pobres

Francia está más cerca de cumplir lo que parecía un objetivo casi imposible: no desperdiciar toneladas de comida en buen estado.

Cuando Francia aprobó la ley que obligaba a los supermercados a no tirar la comida que no se vendiera para regalarla a ONGs o bancos de alimentos se hizo un paso decisivo. Vistos los resultados, ha recibido el primer premio del Food Sustainability Index elaborado por The Economist Intelligence Unit y el Barilla Center for Food & Nutrition.

La EIU ha analizado tres factores de 34 países: comida malgastada, agricultura que respeta el medio ambiente y nutrición de calidad.

Así queda el top 10 de países que se alimentan de manera más sostenible:

1. Francia

2. Japón

3. Alemania

4. España

5. Suecia

6. Portugal

7. Italia

8. Corea del Sur

9. Hungría

10. Reino Unido



Los países que encabezan el ranking han conseguido implementar políticas fuertes y efectivas para reducir el desperdicio de comida, conservar la agricultura y la investigación y para educar en nutrición. También han sido decisivos los puntos sobre estilo de vida, sociedad, clima, actividad física, composición de la dieta, participación de las mujeres en la agricultura y escasez mensual de agua fresca.

Francia se lleva la mejor puntuación en el criterio que valora la eficacia de frenar el desperdicio de comida, con solamente 1,8% de pérdidas por el total de alimentos producidos. El informe valora la medida caritativa que distribuye la comida de los supermercados a los más necesitados y también el hecho de que los fabricantes hayan empezado a incluir datos sobre el desperdicio en sus análisis.

Alemania también ha financiado una serie de iniciativas para reducir a la mitad el desperdicio de comida en 2030. Por su lado, España, encabezada por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), ha dado pasos en la buena dirección para reducir los desperdicios de comida y puntúa alto por la labor de un 28,8% de mujeres en el sector agrario.



Pese a ello, Rubén Sánchez dejaba claro en una encuesta de FACUA que “cuando hace 3 años preguntamos a 28 cadenas de supermercados qué hacen con los alimentos que no venden, 19 no quisieron aclararlo”. FACUA insiste en promover una ley parecida a la francesa, pero el gobierno español se niega a aprobarla.

Japón, por su lado, se lleva el mejor resultado en retos nutricionales. Apenas existen carencias de vitamina A y yodo entre su población, la esperanza, la calidad de vida y la posibilidad de vivir una vida sana son altas. Asimismo, la obesidad juvenil se sitúa en el 14.2% y la de adultos en un 27.2%, unas cifras relativamente bajas en comparación con el resto del mundo. Por último, se destaca que tenga el número más bajo de restaurantes de comida rápida por habitante.

Italia se encuentra en el séptimo puesto, quien tiene en agricultura sostenible. Tiene un mejor manejo de sus recursos hídricos y pesqueros a pesar ser el mayor consumidor de pescado y marisco de la eurozona. Y ha implementado técnicas agrícolas más efectivas para paliar el cambio climático; como diversificación de cosechas, cambios en los forrajes y nuevas prácticas agrícolas, a la par que dedica el 10,5% de sus tierras de cultivo a la agricultura orgánica y aplican una regulación estricta para proteger los derechos agrícolas de pequeños terratenientes.



En general, los países con una alimentación más sostenible tienen unos ingresos más altos, altos niveles de desarrollo humano, poblaciones pequeñas y niveles más lentos de urbanización. Sin embargo, esto no se cumple para Emiratos Árabes Unidos, que está en la última posición a pesar de tener los ingresos más elevados.

Ellos están poniendo esfuerzos en mejorar las políticas alimentarias, ya que la alimentación es el hilo conductor de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible fijados por los países miembros de las Naciones Unidas en 2015.

h/t: PlayGround


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