En su serie Emociones eléctricas, Jean Giraud se dio a la tarea de ilustrar la música de Hendrix. Este experimento sinestésico resultó en una simbiosis psicodélica perfecta
Hendrix hizo del blues terapia de shock. Con el paso de los años algunos ídolos musicales se nos van cayendo, conforme cultivamos nuestro gusto nos vamos dando cuenta de que el rockstar como figura mitológica rara vez compone música a la altura de la imagen de maldito que proyecta. Hendrix, en cambio, resistirá el paso de los siglos; se sostiene por ser un virtuoso de su instrumento sin precedentes ni sucesores, porque es un ícono de la experimentación, del talento prodigioso, la libertad creativa del espíritu y la muerte prematura. Are you experienced? Definitivamente no, si a lo que se refería era a experimentar lo que fuese que pensase o sintiera cuando interpretaba la guitarra. ¿Electricidad pura? ¿Poderes tántricos? Tengo entendido que hasta el día de hoy; es el único hombre que ha tenido un orgasmo tocando un solo de guitarra.
Moebius, por su parte, es venerado como uno de los grandes ilustradores del siglo pasado. Su obra también fue producto de una vocación experimental; de su imaginación como un laboratorio que reformuló las propiedades del cómic y lo hizo dialogar con las corrientes vanguardistas del pensamiento de sus tiempos. La música de Hendrix ilustrada por él, el maridaje del cómic y el rock de los 60s, resulta en un irresistible cóctel psicodélico. Se trata también de un ejercicio sinestésico ejemplar.
Para amenizar las ilustraciones que formaron parte de la serie Emociones eléctricas, no está de más acompañarlas con: