En en corazón de África esta pequeña comunidad tiene un linaje artístico innegablemente bello.
Burkina Faso es uno de los países más pobres y aislados del mundo. Sin embargo, al oeste del continente africano, entre Mali y Ghana, este país es cuna de un linaje de reyes que vive en una pequeñísima villa de la cual no sería exagerador decir que está hecha a mano: Tiébélé.
El poblado de forma circular mide solamente 1.2 hectáreas y conserva una centenaria peculiaridad; sus fachadas son adornadas con diseños geométricos y símbolos de folclor local por los mismos miembros de la comunidad, convirtiendo al pueblo en un lienzo vivo de barro e historia.
Para los turistas u observadores externos, los patrones pueden parecer sencillos, toscos o repetitivos. Pero de la forma en que se disponen, además del lugar y de los detalles de cada hogar, se puede deducir el lugar jerárquico que ocupan sus habitantes dentro de la comunidad; la casa de la familia real, por ejemplo, presenta diseños mucho más recargados y la puerta de salida (no se acostumbran las ventanas) es muy pequeña, pues creen que esto brinda mayor protección. Además de diferenciar las construcciones pensadas para habitación y los mausoleos, donde el pueblo vive y convive con sus muertos.
Tiébélé es hogar de los Kassena, uno de los grupos étnicos más antiguos, de los cuales se tiene noticia al menos desde el siglo XV. Las casas son de barro, como un cono chato, pero la secuencia de sus paredes recuerda más a un laberinto o a una estructura continua que a una casa-habitación occidental, o a un tipi apache o a un iglú, otras arquitecturas étnicas hechas a la medida del paisaje y los elementos.
Pero los elementos podrían jugar en contra de la supervivencia del pueblo: la erosión del aire y el peligro de inundaciones en la temporada de lluvias vuelven muy vulnerable a Tiébélé, por lo que organismos internacionales han tomado cartas en el asunto para que el legado comunitario permanezca.
Además de los esfuerzos internacionales, los propios Kassena pasan el conocimiento y la técnica ligada a la creación de estas obras de arte habitables a las generaciones más jóvenes, que poco a poco dejan su lugar de origen buscando mejores oportunidades de supervivencia.
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