Las nuevas estrellas fueron recién nombradas; y muchos de los nombres provienen de China, Australia, Sudáfrica, tradiciones mayas, polinesias y coptas
Seguramente en algún momento te has puesto a observar el cielo nocturno y seguro has encontrado alguna que otra estrella de la cual sabes su nombre.
Muchos nombres de estrellas son bien conocidos por los observadores del cielo casuales: Vega, Polaris, Betelgeuse, entre muchas más. Pero hasta hace poco, las estrellas oficialmente no tenían ningún nombre. Todo eso cambio en 2016, cuando la Unión Astronómica Internacional (IAU) aprobó 227 nombres comunes para las estrellas. Y como informa Mariah Quintanilla en Science News, el mes pasado agregaron otros 86 nombres de estrellas sancionados a la lista.
Aunque muchos de los nombres provienen del griego, el latín y el árabe, el último grupo proviene de culturas de todo el mundo. Por ejemplo, en la constelación de Scorpius los nombres derivan del pueblo Khoikhoi de Sudáfrica, que tradicionalmente llama a la estrella y a su pareja ”Xami di mura”, que se traduce como “ojos de león”.
Pipirima, también en Scorpius, se deriva de una leyenda tahitiana sobre Pipiri y su hermana gemela Rehua que fueron llevadas al cielo por un ciervo volador. La estrella Cervantes en la constelación Ara lleva el nombre del famoso autor español de Don Quijote, Miguel de Cervantes, y está orbitada por exoplanetas llamados Quijote, Dulcinea, Sancho y Rocinante, todos en honor a los personajes de la novela. Unurgunite en Canis Major lleva el nombre de un personaje de una historia de aborígenes de Australia.
¿Por qué, después de miles de años de astronomía, la IAU ahora está dando la vuelta para nombrar estrellas?
Como informa Tony Flanders en Sky & Telescope, todo tiene que ver con exoplanetas. Mientras que la IAU, que fue fundada en 1919, ha tomado decisiones oficiales sobre lo que es y no es una constelación, así como determinaciones de planetas mayores y menores entre otros cuerpos en el sistema solar, se enfrentaron a un gran dilema cuando los astrónomos comenzaron a descubrir planetas orbitando estrellas fuera de nuestro sistema solar.
En 2015, La IAU comenzó a aprobar nombres para estos exoplanetas, pero los nombres de planetas y estrellas no encajaban del todo. Los planetas con un nombre se encontraban orbitando estrellas con nombres técnicos como 42 Draconis. Así que la IAU decidió ponerles nombres en el momento.
Aunque su decisión sólo llevo a más preguntas; por ejemplo ¿por qué la IAU oficialmente nombró un sistema solar distante en honor a personajes de Don Quijote; pero no estaba dispuesto a reconocer oficialmente el nombre estelar de Sirio? Así que en 2016 el Grupo de Trabajo sobre nombres de estrellas de la IAU cedió, reconociendo oficialmente 207 nombres tradicionalmente utilizados para estrellas visibles a simple vista junto con Proxima Centauri; nuestro vecino estelar más cercano. Además otorgó oficialmente nombres a 14 estrellas de exoplanetas para un total de 227 con nombre oficial.
2017
En 2017, después de identificar estrellas nombradas o conocidas en otras culturas alrededor del mundo; la IAU agregó otras 86 a la lista. Esa lista incluye nombres de estrellas en pueblos aborígenes australianos, chinos, coptos, hindúes, mayas, polinesios y sudafricanos.
Sin embargo es probable que esta no sea la última lista de nombres que publica el grupo. “Estos nombres ayudan a garantizar que el patrimonio astronómico intangible de los observadores del cielo de todo el mundo. Y a lo largo de los siglos, se conserve para su uso en una era de sistemas exoplanetarios”.
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