Un coyote actúa como cachorro al encontrar un juguete para perros en la nieve

Pamela Underhill Karaz

Un vistazo a la ternura existente en el mundo salvaje

La fotógrafa Pamela Underhill Karaz vive en una zona rural en Trenton Falls, cerca de Nueva York. Su propiedad es de 48 acres de bosque y campo, lo que significa que de cuando en cuando, ella puede disfrutar de una buena dosis de vida silvestre sin abandonar su patio trasero.

Pamela ha notado que sus perros a menudo dejan sus juguetes de peluche en el patio y que más de uno ha desaparecido antes. Pero después de presenciar este tierno acto, no le resulta tan aventurado imaginar que quizás esta no fue la primera vez que un particular coyote adulto juega (y huye con) los juguetes de sus perros.

Crédito: Pamela Underhill Karaz



La importancia del juego en los animales silvestres

Muchas especies de animales exhiben su juego, y sin embargo, los humanos no podemos evitar mirarlo con asombro cuando lo reconocemos en especies más allá de los perros y gatos domésticos. Nos acostumbramos tanto a pensar en la vida silvestre como fría y resuelta, sin desperdiciar energía. Para los jóvenes de muchas especies, el juego es una parte esencial del crecimiento.

A través del juego, los menores aprenden todo lo que necesitarán para la edad adulta, desde cómo cazar hasta cómo pelear y cómo navegar la estructura social de su comunidad. Así que miramos con alegría, pero sin mucha sorpresa, cuando los cachorros de zorro retozan entre ellos y los cachorros de oso se revuelcan juntos. Pero cuando la obra continúa hasta la edad adulta, es cuando nos quedamos mirando con asombro, recordando que no somos los únicos animales a los que les gusta inyectar un poco de alegría en nuestros días con tonterías.

Pamela Underhill Karaz



“Hemos tenido coyotes viviendo a nuestro alrededor durante años. Los escuchamos principalmente durante las noches de verano”, le dijo a MNN. Pero algo mucho más que simplemente escuchar unos cuantos aullidos de coyote ocurrió hace dos años.

Pamela tuvo la suerte de tener su cámara a la mano en el momento justo en que un coyote adulto,  se volvió niño y comenzó a revolcarse en la nieve al jugar con un peluche azul olvidado por sus perros.

La sorpresa de encontrar un coyote en tu patio

“Nuestro camino de entrada tiene un cuarto de milla de largo y está bordeado de árboles balsámicos de 45 años. Como fotógrafa, siempre estoy atenta a la actividad de la vida silvestre”; dijo Pamela a Mother Nature Network. “Vi al coyote mientras tomábamos nuestro café de la mañana, estaba a un tercio del camino de entrada. Dejó su marca en una rama caída, así es como supe que era un macho. Luego entró en los árboles y apareció de nuevo al borde de nuestro jardín. Miró alrededor, revisó y olfateó algunas huellas en nuestro patio y cuando él estaba más adelante fue cuando notó el peluche. Se dirigió hacia allí, olisqueó alrededor de donde nuestro perro había rodado, olfateó el juguete, lo recogió, lo dejó caer y lo olfateó de nuevo”.

Entonces fue cuando sucedió la magia. “Lo recogió y procedió a lanzarlo al aire y jugar con él, al igual que un perro arrojaría un juguete. Duró enre cinco y diez minutos, desde que recogió el juguete, hasta lanzarlo al aire y retomarlo de nuevo, casi casi dando vueltas con él … Luego, casualmente decidió irse trotando con él “.

Crédito: Pamela Underhill Karaz

“Este fue un recordatorio maravilloso de que todos los animales, los salvajes y nuestras mascotas en realidad no son tan diferentes”; dijo Underhill Karaz. “Tienen personalidades, tienen sentimientos y hacen todo lo posible por sobrevivir en un mundo que a veces es muy antipático. No son tan diferentes a nosotros”.

Pamela Underhill Karaz
Crédito: Pamela Underhill Karaz



Pamela Underhill Karaz
Crédito: Pamela Underhill Karaz

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Monica Acevedo:
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