Esta técnica podría cambiar por siempre la agricultura volviéndola más sostenible.
La agricultura es probablemente la profesión más antigua del mundo, es lo que causó que nuestros antepasados se convirtieran de nómadas a sedentarios y así comenzaron todas las culturas y etnias del mundo.
Desde hace miles de años, la agricultura ha sido el pilar de cualquier sociedad y juega un rol muy importante en la vida diaria de todos los humanos. Si bien, los métodos pueden ser diferentes dependiendo de la región, es claro que han existido avances cada vez más importantes para volver la agricultura más eficiente.
Ahora, un grupo de científicos han encontrado una manera que permite que los agricultores cultiven en los lugares más inhóspitos sin necesidad siquiera de un puñado de tierra. Gracias a esta tecnología también se resuelve el problema de la sobreexplotación de los recursos finitos como el agua, la tierra y la energía.
Sundrops Farms, una compañía enfocada en crear una agricultura sostenible, fabricó una serie de invernaderos de alta tecnología que ofrecen soluciones viables para cultivos en lugares que de otra manera sería imposible.
En 2010, la empresa inauguró su primera granja en Port Augusta, Australia, un desierto que, en circunstancias normales, nunca podría ser cultivado utilizando métodos tradicionales. Usando el agua de mar y la luz solar natural, Sundrop Farms ha creado una técnica de agricultura más sostenible.
La compañía ha desarrollado una tecnología que integra “energía solar, generación de electricidad, producción de agua dulce e hidroponía”. Y, según la compañía, esta tecnología produce tanta comida como la agricultura tradicional.
Los invernaderos de alta tecnología de Sundrop pueden producir 17,000 toneladas métricas de alimentos cada año. Utiliza cáscaras de coco en lugar de tierra, 23,000 espejos para reflejar la energía solar del sol del desierto y agua de mar desalinizada para regar los cultivos en 20 hectáreas de terreno.
Y cuando se trata de mantener a raya a las plagas, Sundrop dice que no hay necesidad de químicos. “Además de usar insectos carnívoros para controlar las plagas, también encontramos que no les gusta el agua salada que utilizamos para ayudar a mantener frescos nuestros invernaderos”.
Una tecnología que podría mejorar enormemente la manera en la que conseguimos alimentos y cuidamos al planeta.