Su meta es lograr una vida sin desperdicios y hasta ahora va por un buen camino.
El estilo de vida de Gaby Baeza cambió cuando comenzó a tomar conciencia del daño que provocaba al ambiente mediante su consumismo y en mayo del 2019, se cumplirán 3 años de su nueva vida sin desperdicios.
Gaby no sólo cambió su estilo de vida, también buscó inspirar a otros a lograrlo y por ello, filmó un video (que se hizo viral) en el que explicaba paso por paso todos los trucos que fue implementando en su nuevo estilo de vida para desafiar a otros consumidores. Lo llamó ”El Reto”.
Gabriela es licenciada en Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional Autónoma de México y ya desde pequeña manifestaba interés por el cuidado de la naturaleza.
En un video destaca que para lograr El Reto, hace falta “estar muy consciente”. “Eso es indispensable, que sepas lo que ocurre en los mares, dónde termina tu basura y todo el daño que le hace a los animales”, asegura.
De plásticos a telas y vidrios
Entre sus acciones, dejó de comprar alimentos empaquetados y se ocupó de conseguirlo a granel en mercados tradicionales a los que llevaba bolsas de tela reutilizables o recipientes de vidrio.
“Lo siguiente fue cambiar todo lo del aseo, mi papá compraba jabones empacados o todo empaquetado y hay lugares donde te venden el jabón solo“, continúa.
El tradicional cepillo de dientes plástico fue reemplazado por uno de mango de bambú, y Gaby misma preparó su pasta dental a base de bicarbonato de sodio y aceite de coco. “Al principio a mi familia no le gustaba pero poco a poco la fue aceptando“, comentó.
Fiel seguidora del movimiento mundial Zero Waste (desperdicio cero) dice que “también es mucho experimentar con el DIY (Do it yourself), “hazlo tú mismo”. En relación a los productos de limpieza del hogar, se maneja con vinagre y bicarbonato de sodio.
Cambiar de lo desechable a lo reutilizable.
Si por alguna razón no puede utilizar sus frascos o bolsas, Gaby reconoce que opta por el reciclaje. “Lo ideal en general sería que el reciclaje disminuyera cada vez más, no que dependiéramos de una economía basada en el reciclaje, ya que requiere mucha energía”, opina.
Con respecto a la sociedad capitalista que promueve el consumo desmesurado de plástico, comenta que hace tiempo que dejó de esperar que el sistema vaya a hacer algún tipo de cambio para aliviar la crisis ambiental que se está viviendo.
“Antes era muy idealista y pensaba que el cambio tenía que venir del sistema, pero ahora me doy cuenta de que el cambio tiene que venir de cada célula que está en el sistema”, comenta.
Para ella “al adoptar este estilo de vida aportas demasiado, como no tienes ni idea, porque dejas de comprar a las grandes empresas y empiezas a comprar a los pequeños productores”.