Un increíble ejemplo de cómo aprender a amar nuestras diferencias
A Ash Soto le diagnosticaron vitiligo cuando tenía 12 años. A medida que su vitiligo comenzó a extenderse, comenzó a sentirse avergonzada de su piel, especialmente después de que una niña le preguntó si se había duchado con blanqueador.
“No sabía cómo reaccionar porque no sabía qué era el vitiligo o qué me sucedería”, dijo Ash en una entrevista para A Plus. “Recuerdo a mi madre sentada llorando y yo solo estaba sentada ahí, confundida y asustada. No sabía cuánto cambiaría mi vida a partir de ese momento”.
Ahora esta hermosa chica de 21 años no sólo no está avergonzada, sino que está orgullosa de su piel.
En su adolescencia, Ash decidió que no dejaría que su piel la frenara más, así que comenzó a enfrentar desafíos diarios como caminar en público sin camisa de manga larga, hasta que los desafíos la llevaron a convertir su cuerpo en bellas obras de arte.
“Nunca me di cuenta de lo hermoso que era mi vitiligo hasta que lo tracé con un marcador negro, realmente ayuda a resaltar los diferentes colores de mi piel”, dijo Ash al Daily Mail.
Ahora, ha hecho que su cuerpo se parezca a muchas piezas de arte diferentes, incluida la Noche estrellada de Van Gogh, ¡y no planea detenerse! “Ahora he convertido lo que otros percibirían como una imperfección en algo más hermoso y he ayudado a que sea más aceptado de lo que era antes”.
El vitiligo es una rara enfermedad de la piel que causa la pérdida de pigmento, dejando grandes manchas blancas en todo el cuerpo. En el 40 % de los casos, el vitiligo es hereditario, pero en sí lo que se hereda es la predisposición genética, no la propia enfermedad.
Durante los años de adolescencia de Ash, el vitiligo se extendió más y el ‘bullying’ comenzó.