La enfermera se convirtió en un ángel para esta señora.
Maria Martins es una mujer de 58 años que fue abandonada en un hospital en Brasil, pero una enfermera de gran corazón, llamada Veronica Grossi, que la cuidaba, la adoptó.
Verónica trabaja como enfermera en la zona rural de Carangola, desde hace 11 años. Debido a que la clínica de salud quedaba lejos para algunos residentes, Verónica tomaba su motocicleta y visitaba los barrios a diario por si alguien necesitaba ayuda.
Un día, Doña María fue a casa de Verónica, quien al verla sabía que algo estaba pasando. Verónica descubrió que la señora sufría agresiones e incluso su hija y su yerno la drogaban.
A pesar de que Doña María no le contó nada a Verónica, ella lo podía notar en sus ojos. Trató de hacer algo al respecto pero no logró nada puesto que la señora no quería perjudicar a su hija.
Después de eso, un día Verónica fue a visitar a su amiga y encontró su casa abierta y en silencio. Inspeccionando la casa, se encontró a Doña María desmayada y tendida en el borde de la cama.
Verónica contactó a la hija de la señora para informarle de la situación de su madre, pero ella se rehusó a ir al hospital a verla.
Los estudios realizados a Doña María mostraron que la mujer tenía un tumor en la región torácica entre el corazón y el pulmón. Fue en ese momento cuando la enfermera decidió hablar con Doña María sobre la situación con su hija.
Dos meses después de que fue hospitalizada la señora, Verónica decidió adoptarla para cuidar de ella. “Hablé con mi hijo de 14 años con quien vivo, y le dije que necesitaría su apoyo para cuidar a Doña María, que tendríamos que privarnos de ciertas cosas que no podría comprar y que él tendría que entender”, dijo Verónica.
Su hijo aceptó y apoyó a su madre con todo lo necesario. Al momento de darle la noticia a Doña María, estaba muy conmovida y feliz de contar con ella.
Ahora tienen más de seis meses viviendo juntas llenas de amor y afecto.
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