Este hombre trabajó por 32 años en un McDonald’s y es un gran ejemplo de inclusión

Russell tiene síndrome de Down, pero cuando salió en busca de trabajo, no dejó que eso fuera un impedimento y ahora vive felizmente jubilado.

Russell O’Grady es la prueba viviente de que es posible abrirse camino y ajustar las normas de la sociedad a pesar de las condiciones. Russell de 51 años es un hombre con síndrome de Down y hace un año se retiró de su empleo en McDonald’s, luego de servir por 32 años.

Su trayecto estuvo lleno de innumerables dificultades, pero también de muchos triunfos. Cuando comenzó, el mundo se veía muy diferente para las personas con síndrome de Down. Mientras que en la actualidad muchos luchan por encontrar trabajo, en aquel entonces, las oportunidades de empleo a largo plazo era casi inexistentes.



Es por eso que Russell hizo una fiesta, cuando tomó una posición de empleo en McDonald’s en Australia en 1986. En aquel entonces, el joven tenía 18 años y fue uno de los primeros individuos en conseguir trabajo a través de un programa llamado Jobsupport.

Jobsupport ayuda a personas con discapacidades intelectuales a encontrar trabajo analizando sus habilidades y destrezas, poniéndolos en contacto con empresas participantes adecuadas.

Durante tres días a la semana, Russell saludaba a los clientes, limpiaba el comedor y limpiaba las bandejas. Hizo tan buen trabajo que rápidamente se convirtió en uno de los favoritos de los clientes y empleados por igual. De hecho, muchas visitaban el McDonald’s de Northmead sólo para ver su sonriente rostro, lo que se sumó a la verdad obvia de que las personas como Russell pueden lograr grandes cosas sin importar sus discapacidades o las barreras que impone la sociedad.



Es por eso que Russell decidió celebrar su 30 aniversario de trabajo en 2016. No sólo fue una victoria para él, sino que también allanó el camino para que otros crean que pueden tener carreras exitosas y vivir como quieran.

‘’Sin esa iniciativa, muchas personas como Russelll no tendrían los trabajos que tienen hoy en día’’, dijo su padre Geoff. ‘’No tendrían la recompensa que eso les da, que es el orgullo, el aumento en su autoestima y sentirse importantes y pertenecer a la sociedad’’.

Russell sorteó cada tormenta que trato de ponerse en su camino y que buscaba arruinar su vida. Después de 32 años de duro trabajo, se merece una relajante jubilación llena de actividades como bolos y terapia canina. Por supuesto siempre vuelve a McDonald’s, pero ahora como un cliente más…

Muchas felicidades a Russell por su perseverancia y por derribar las barreras de la inclusión.


Jennifer Monroe: Escritora de tiempo completo, cinéfila, comic addict y fotógrafa aficionada. A complete Nerd kissed by fire.
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