El hombre se encontraba en estado terminal y la probabilidad de conocer a su bebé era casi nula, sin embargo su esposa hizo algo increíble.
Actualmente, el cáncer es una enfermedad mortal que sigue cobrando un sin fin de vidas y para la cual aún no se encuentra una cura eficaz.
La familia Aulger vió la crueldad de esta enfermedad, cuando Diane estaba embarazada de su quinto hijo y se enteró de que el cáncer de su esposo ya estaba en etapa terminal.
A diferencia de sus otros embarazos, la incertidumbre de si su esposo estaría o no presente era más grande. Cuando Diane estaba a solo semanas de dar a luz, la terrible noticia de que su esposo tenía una semana de vida los golpeo como un huracán.
Durante la época navideña del 2012, Mark se enteró de que tenía cáncer, pero no fue hasta inicios del año siguiente que tuvo que ingresar a urgencias, debido a que no podía respirar.
Ahí se dieron cuenta de que a causa de las quimioterapias uno de sus pulmones había sufrido daños. Le diagnosticaron fibrosis pulmonar y le dijeron que esa era la razón por la que tenía problemas para respirar.
A pesar de eso, la familia tenía esperanzas de que viviera y se recuperara por completo. Sin embargo a mediados de enero les dieron un fatal diagnóstico, sólo le quedaba una semana de vida. Fue entonces cuando su esposa Diane tomó la decisión más grande de su vida: adelantar su parto.
Savannah nació días después del diagnostico de Mark y él fue el primero en abrazarla. Desgraciadamente sólo pudo abrazarla una vez más al día siguiente de su nacimiento. Luego de ese día el hombre cayó en un coma del cual no pudo salir, falleciendo a finales de enero de 2013.
Afortunadamente para Diane y sus 5 hijos el destino les sonrío un poco y los compromisos económicos de sus escuelas fueron cubiertos por el Dallas Christian College, quien becó por cuatro años a los pequeños. Sin duda una gran ayuda para la ahora madre viuda.
A pesar de que es una historia triste, el acto de amor realizado por Diane para que su esposo pudiera sostener a su pequeña aunque sea una vez, nos deja una gran lección y un sentimiento conmovedor.
Esperamos que Mark haya encontrado el descanso y que Diane y sus 5 hijos ahora estén viviendo una vida plena, saludable y sin tantas complicaciones.