El pequeño de tan solo dos años fue abandonado porque sus padres creyeron que era un ‘brujo’. Ahora es feliz y está lleno de amor.
Anja Ringgren Lovén es una trabajadora humanitaria originaria de Dinamarca, quien durante una misión en Nigeria se encontró con una escena que le cambió la vida.
La mujer se encontró con un niño abandonado, hambriento y deshidratado en las calles de Nigeria. El pequeño de tan solo dos años a penas era capaz de pararse a buscar restos de comida que las personas dejaban.
El pequeño había sido abandonado por sus padres por temor a que fuera un brujo, según sus creencias. Al momento en que Anja lo encontró no era más que piel y huesos con varios problemas de salud.
Anja inmediatamente se acercó al pequeño y lo animó a beber un poco de agua y comer algo. La mujer decidió hacer algo increíble y se llevó al niño con ella para ayudarlo a recuperarse.
Nombró al niño Hope, que su traducción del inglés es ‘esperanza’, y es lo que Anja significó para el pequeño en cuanto se vieron por primera vez.
Anja y su esposo David, dirigen un orfanato en Nigeria para niños que han sido abandonados por sus familias como resultado de creencias supersticiosas, llamado African Children’s Aid Education and Development Foundation (ACAEDF).
La historia del rescate de Hope se hizo viral en Internet y gracias a su popularidad, la gente comenzó a donar para apoyar la causa de esta mujer y así poder ayudar a más niños en situaciones parecidas.
“Con todo este dinero, además de dar a Hope el mejor tratamiento, podemos construir una clínica en el nuevo terreno y salvar a muchos más niños de una vida de tortura“, comentó Anja.
Tan solo después de un año, Hope lucía completamente sano, era un niño feliz y lleno de amor. “Como pueden ver Hope está creciendo y es un niño guapo, sano y muy feliz gracias al tremendo amor y cuidado que recibe todos los días del personal y de los niños. Donde hay amor hay esperanza“, dijo Anja.
Actualmente Hope tiene 5 años y es completamente feliz con su madre adoptiva que hizo todo lo posible para que él no perdiera la vida.
Anja es una mujer con un corazón enorme que no se cansa de ayudar a los demás. Le ha cambiado la vida no solamente a Hope, sino a cientos de niños que viven en condiciones deplorables pero que ahora gracias a la fundación de esta mujer, son felices y están llenos de amor.